Ya me disculpareis, pero este post vuelve a hablar de Daniel. Y es así, porque el curso escolar está a punto de terminar. También en los colegios de educación especial. Y en estos colegios hay evaluación, por supuesto, como en todos. Pero es una evaluación de esas que llaman continuadas. Una se realiza hacia mitad de curso y la segunda ahora, a finales. El otro día tuvimos la reunión concerniente a esta segunda evaluación y nos dieron las notas definitivas de Daniel, que al parecer ha sido un alumno muy aplicado y aprovechado este curso y ha tenido unos resultados excelentes, la verdad. Todo bolos verdes. Ningún bolo rojo. Y algunos bolos amarillos, sí, pero porque se entiende que son actividades de muy larga duración, como la logopedia, por ejemplo, que en realidad deberá realizar siempre. Pero por lo demás, todo verde, verde. Una gozada de informe de evaluación. Sobresaliente, podríamos decir.
Asistí a la reunión con Pilar, la profesora, y Celia, la fisioterapeuta, de Daniel, porque me gusta mucho saber las cosas que hace el pibe en el colegio, cómo enfocan las actividades y qué opinan los profesionales de su progresión. En el colegio están acostumbrados a que se impliquen con los chavales otros miembros de la familia, además de los padres, porque a menudo esa implicación es necesaria para echar una mano. Y me gusta también ver a los otros chicos y chicas como van día a día, curso a curso, creciendo y arañando posibilidades y nuevas habilidades a pesar de todas las dificultades. Por delante, nuestro agradecimiento por todo el empeño que todos los profesionales ponen diariamente en su dedicación y por todo el cariño que sienten por los chavales. Son gente excepcional, de verdad, todos los que trabajan en el colegio. Se nota el esfuerzo en equipo, de todos, sin lugar a dudas.
Tengo que señalar que en la reunión estuvo Daniel también presente, y se encargó de poner la música que amenizó nuestra conversación: Mozart, que sonaba en un radio-cd que él accionaba y paraba a discreción propia, mediante un pulsador de botón.
En fin, un buen curso, que se cerrará la semana que viene. Luego en julio vendrá el campamento de verano, que organiza ARAPRODE (Asociación Aragonesa pro desarrollo psicomotor del niño), - la asociación a la que pertenecemos la familia,- en el mismo recinto del colegio, pero con otros contenidos a los del curso, claro, entre los que priman los juegos y la piscina, por ejemplo, aunque manteniendo algunas actividades necesarias como la fisioterapia o la logopedia.
Por cierto que Daniel sigue aumentado su vocabulario hablado (el escuchado y entendido es completísimo), y el otro día le añadió “caballo”, supongo que muy motivado por las sesiones de hipoterapia, durante las cuales monta al pony “Manchas”. Estaba tan contento, tan contento de haber pronunciado una nueva palabra, que creo que dijo caballo unas cincuenta veces. En la fotografía se le ve frente al ordenador del colegio, que acciona mediante un pulsador de palanca, y al que le ha sacado mucho rendimiento este curso.
Asistí a la reunión con Pilar, la profesora, y Celia, la fisioterapeuta, de Daniel, porque me gusta mucho saber las cosas que hace el pibe en el colegio, cómo enfocan las actividades y qué opinan los profesionales de su progresión. En el colegio están acostumbrados a que se impliquen con los chavales otros miembros de la familia, además de los padres, porque a menudo esa implicación es necesaria para echar una mano. Y me gusta también ver a los otros chicos y chicas como van día a día, curso a curso, creciendo y arañando posibilidades y nuevas habilidades a pesar de todas las dificultades. Por delante, nuestro agradecimiento por todo el empeño que todos los profesionales ponen diariamente en su dedicación y por todo el cariño que sienten por los chavales. Son gente excepcional, de verdad, todos los que trabajan en el colegio. Se nota el esfuerzo en equipo, de todos, sin lugar a dudas.
Tengo que señalar que en la reunión estuvo Daniel también presente, y se encargó de poner la música que amenizó nuestra conversación: Mozart, que sonaba en un radio-cd que él accionaba y paraba a discreción propia, mediante un pulsador de botón.
En fin, un buen curso, que se cerrará la semana que viene. Luego en julio vendrá el campamento de verano, que organiza ARAPRODE (Asociación Aragonesa pro desarrollo psicomotor del niño), - la asociación a la que pertenecemos la familia,- en el mismo recinto del colegio, pero con otros contenidos a los del curso, claro, entre los que priman los juegos y la piscina, por ejemplo, aunque manteniendo algunas actividades necesarias como la fisioterapia o la logopedia.
Por cierto que Daniel sigue aumentado su vocabulario hablado (el escuchado y entendido es completísimo), y el otro día le añadió “caballo”, supongo que muy motivado por las sesiones de hipoterapia, durante las cuales monta al pony “Manchas”. Estaba tan contento, tan contento de haber pronunciado una nueva palabra, que creo que dijo caballo unas cincuenta veces. En la fotografía se le ve frente al ordenador del colegio, que acciona mediante un pulsador de palanca, y al que le ha sacado mucho rendimiento este curso.
15 comentarios:
¡¡¡TODO BOLOS VERDES!!!! alaaaa que contentos tenéis que estar, si señora. Me imagino el rato tan majo que tuvo que ser esa reunión (¿todavía se os arrasan los ojillos cuando os cuentan sus avances?, es que yo debo ser muy blanda o igual me falta tiempo..)
Me creo que repita 50 veces la palabra caballo; cuando estuvimos en Castiello con Mayo, el caballo de la Alpaca, Ainhoa no dejaba de repetir su nombre. Los caballos entusiasman a cualquiera pero si encima eres consciente (y Daniel lo es) del cariño y la ayuda que te dan es que es la leche.
Y que gusto da encontrar gente como la de ese cole que te ayuda con cariño. ¡Ah, si!
Me has puesto contenta con este post, si señora. Ya veremos como me luce cuando llegue mi Daniel con sus notas (ejem).
Por lo pronto mañana nos vamos a la piscina de Pamplona así que si oyes llorar a mi niña desde aquí ya sabes lo que pasa. :)))
Mil besos
He cogido un pintura de cera de color verde, he pintado una cuartilla de color verde, ayudado por una moneda he dibujado varios círculos de color verde que más tarde he recortado y pegado en el armario de la habitación "del ordenador"
Espero que yo también tenga derecho a piscina.
Salu2 Córneos y enhorabuena a Daniel.
Seguro que tu Daniel te da una alegría también, ya verás, Inma.
Sí, yo creo que todavía se nos arrasan un poquico, sí, los ojicos cuando nos cuentan cosas que se han conseguido... Y entra como un cosquilleo muy raro, un tano ambivalente. Y mucho orgullo, ya lo creo.
Es una suerte, realmente, tener profesionales tan preocupados y ocupados con los chicos.
¡Buen día en Pamplona con la peque en la piscina, aprovechadlo bien y ya me contarás a la vuelta! Besos gordos ti y los tuyos.
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Muy bien, Javier, los bolos verdes nos vienen muy bien a todos, ya lo creo. Seguro que te has ganado unos buenos chapuzones veraniegos. A disfrutar de ellos y de los bolos.
Y muchas gracias por entenderlo tan bien.
Un abrazo.
¡Enhorabuena poor Daniel! qué alegría da imaginar su alegría. Por favor, Luisa, hazle llegar un abrazo gigante y mil besos, asi como mis deseos de que pase un verano estupendo.
Me alegro un montón por los progresos de Daniel. Y por vuestra implicación en su trayectoria educativa. Ojalá todos los padres fueran como vosotros. Un abrazo, José María
yo tb quiero bolos verdes!! hala. lo voy a solucionar con unos cuantos "gomettes", seguro que me suben la autoestima.
esta semana hablaron el las noticias de un chico con parálisis cerebral que estaba realizando las pruebas de selectividad. hay que ceRebrarlo. al menos en este caso, querer es poder.
por último, te diré que me acabo de despertar de la siesta. habiendo soñado con lluvia, resulta que está lloviendo. así q la próxima vez sueño con el nobel o algo así. jaja.
un beso. pasa buen finde!
Un placer saber de Daniel, de sus progresos, de su Cole y de todos los que le arropáis, animáis y queréis.
Decir caballo no es fácil.
Pero decirlo sintiéndolo merece un millón de bolos verdes.
Besos.
Bolos verdes para él y la confianza y seguridad necesarias para vosotros al saber que cada día lo dejáis en buenas manos.
Un besito bonito guapooo.
Gracias mil, Magda. Le comunicaré a Daniel tus felicitaciones y buenos deseos para el verano. De vez en cuando le cuento que sale en este blog y esas cosas y lo miramos. Como a todos los niños, chicos y grandes, le gusta que le doren la píldora. Un beso.
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José M., gracias por apreciar los progresos de Daniel, quien ,te cuento, es mi sobrino. Aunque un sobrino ciertamente especial para mi. Un abrazo también para ti.
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Yo también vi ese reportaje, Ana, sobre el acceso a selectividad de un chico con parálisis cerebral, algunos otros sordos y, creo que un chica ciega. Hay que felicitarse por ello, y hay que esperar que un día hechos como ésos no sean noticia.
Espero que los gomettes hayan hecho efecto, la autoestima en dosis adecuadas es muy aconsejable. Un besote.
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Es verdad, Ybris, decir caballo no es fácil. Es una palabra de complicada fonética. Cada sílaba para Daniel es un gran esfuerzo. Así que su alegría y su disfrute son doble gozo, es verdad. Besos.
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Si, MM, es verdad, que es absolutamente imprenscindible y necesario poder tener esa confiazan. En el caso de todos los niños, pero en el de Daniel o los compañeros de Daniel más aún, porque ellos están completamente indefensos y hay que confiar en que sean tratados con el mismo cariño y dedicación que lo son en casa. El Angel Riviere es un colegio magnífico a ese nivel y a otros.
Le doy ese beso a Daniel que seguro te corresponde con supersonoro beso de los suyos.
Ojalá todos los días pudiera leer algo tan hermoso y tan dulce.
Un beso para Daniel, para todos los Danieles, para las tías de los Danieles y para las profesoras y los padres de los Danieles y también para los caballos y sus terapias. Hoy besos para todo el mundo.
kisses
¡Besos y muchos bolos verdes, pues, Entrenómadas!
Enhorabuena Luisa. Me alegro muchísimo, por él y por vosotros. Es un placer entrar a visitarte y encontrarse con tan bonito escrito. Para que luego digan que el día a día no es más entrañable y bello que miles de novelas juntas.
Un abrazo
Querida Luisa, un bolo verde también para tí.
Es verdad, Mónica, en algunas circunstancias, con algunas personas, la literatura debería aprender muchas lecciones de vida.
Un abrazo para ti también.
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Gracias por el bolo verde, me hace mucha ilusión. Ya tengo chinchetado en la pared un diploma verde que nos dieron a la mamá de Daniel y a mi cuando participamos en el taller de la biblioteca, representado la Caperucita Roja. Ya lo contaré un día, ja, ja,ja...
Gracias, Lamia.
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