domingo, 21 de octubre de 2007

Poeta en Nueva York



Hoy el diario El País ha estrenado nueva cara. A mi me gusta el cambio de aspecto. Y me gusta esa conexión de complementariedad que se establece entre la edición en papel y la digital. Las posibilidades que esta fórmula ofrece aparecen espléndidamente visibles en el reportaje titulado “Definitivo Poeta en Nueva York”, sobre el original del borrador del libro preparado por García Lorca poco antes de su muerte, y que dejó en la sede de la revista Cruz y Raya para que lo revisara José Bergamín. La Fundación Federico García Lorca lo compró en subasta en 2003 y ahora prepara la que se supone será edición definitiva del poemario lorquiano, que está previsto se presente dentro de un par de años.

Creo necesaria esa edición, pues desde siempre he conocido polémicas y distintas versiones acerca del contenido y ordenación de “Poeta en Nueva York”. La aparición del famoso, misterioso y siempre comentado “borrador de Bergamín” ya fue una muy buena noticia. Es de suponer que la nueva edición fijará de manera inequívoca los poemas y estructura de uno de los poemarios capitales de la lengua castellana.

Como para mucha gente, mi fascinación por él es ya antigua. Aprovechando la noticia de El País, quiero copiar aquí un poema que me inquieta especialmente. Aunque hubiera podido colgar cualquier otro del libro, lo reconozco. Todos son imprescindibles desde mi punto de vista.




Poema doble del lago Eden



Era mi voz antigua
ignorante de los densos jugos amargos.
La adivino lamiendo mis pies
bajo los frágiles helechos mojados.

¡Ay voz antigua de mi amor!
¡Ay voz de mi verdad!
¡Ay voz de mi abierto costado
cuando todas las rosas manaban de mi lengua
y el césped no conocía la impasible dentadura del caballo!

Estás aquí bebiendo mi sangre,
bebiendo mi amor de niño pasado,
mientras mis ojos se quiebran en el viento
con el aluminio y las voces de los borrachos.

Dejarme pasar la puerta
donde Eva come hormigas
y Adán fecunda peces deslumbrados.
Dejarme pasar, hombrecillos de los cuernos,
al bosque de los desperezos
y los alegrísimos saltos.

Yo sé el uso más secreto
que tiene un viejo alfiler oxidado
y sé del horror de unos ojos despiertos
sobre la superficie concreta del plato.

Pero no quiero mundo ni sueño, voz divina,
quiero mi libertad, mi amor humano
en el rincón más oscuro de la brisa que nadie quiera.
¡Mi amor humano!

Esos perros marinos se persiguen
y el viento acecha troncos descuidados.
¡Oh voz antigua, quema con tu lengua
esta voz de hojalata y de talco!

Quiero llorar porque me da la gana,
como lloran los niños del último banco,
porque yo no soy un hombre ni un poeta ni una hoja,
pero sí un pulso herido que ronda las cosas del otro lado.

Quiero llorar diciendo mi nombre,
rosa, niño y abeto, a la orilla de este lago,
para decir mi verdad de hombre de sangre
matando en mí la burla y la sugestión del vocablo.

No, no. Yo no pregunto, yo deseo.
Voz mía libertada que me lames las manos.
En el laberinto de biombos es mi desnudo el que recibe
la luna de castigo y el reloj encenizado.

Así hablaba yo.
Así hablaba yo cuando Saturno detuvo los trenes
y la bruma y el Sueño y la Muerte me estaban buscando.
Me estaban buscando
allí donde mugen las vacas que tienen patitas de paje
y allí donde flota mi cuerpo entre los equilibrios contrarios.



* Copio el poema del tomo primero de las Obras Completas del Círculo de Lectores, correspondiente a la Poesía, editado por Miguel García Posadas en 1996. El dibujo de Lorca viene desde la galería fotográfica incluida por El País en el reportaje citado.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que escalofrío ver la imagen de ese original raído...debe ser emocionante tenerlo entre manos ¿verdad?. A ver que tal les queda esa edición, si.
Y que hermosos son sus dibujos....
Besicos de lunes.

Luisamiñana dijo...

Ya me gustaría a mi, ya poder tener ese original entre las manos... me iba a dar un yuyu gordo. La edición es de esperar que sea estupenda, sí. Aguardaremos.
Besitos de "lunis";)

Unknown dijo...

Hola, bonito artículo este. A mí un poema que de siempre me ha inquietado especialmente, por las imágenes que me sugiere, es "Vals en las ramas",

curiosamente, este poema fue adaptado para ser cantado, por el flamenco Enrique Morente.