lunes, 29 de octubre de 2007

"Que mi nombre no se borre en la historia"





Le decía a 39 Escalones en los comentarios a su post de hoy ¡sobre la película Raza, aquel engendro ideado por Franco!, -muy bueno el post, por cierto, como acostumbra Escalones- que este fin de semana he visto “Trece rosas” y que no me ha gustado. Sin embargo, permanecí apabullada ante la historia contada, como le sucedió a la gran mayoría del público asistente. Esas cosas se notan. Tal emotividad se debe sin duda al impacto que ejerce sobre el espectador la barbaridad de los hechos narrados, absurdos, desmesurados. También es cierto que la edad media del personal no era demasiado baja. Vi a algunos jóvenes. Pero muy pocos.

Pensaba el sábado, entre lagrimones, que estos temas de nuestra memoria colectiva cada vez interesan menos a las generaciones más recientes. Seguramente que muchos dirán aquello de que la cosa no va con ellos. Yo, sin duda por deformación casi profesional, creo que el conocimiento de la historia no estorba a nadie. Más bien lo juzgo imprescindible. Y hay episodios de esa historia que resumen, con dos puñetazos en el alma, el sentido más complejo de lo sucedido en una época.

Preguntarse qué pasó, y por qué pasó, en aquellos desgraciados momentos de nuestra historia, o en otros de la historia universal, es un ejercicio de humildad individual y colectiva que seguramente nos vendría muy bien a esta panda de engreídos en que nos hemos convertido. Quizás ayudaría a nuestros jóvenes a construir otro futuro del que parece esperarnos. Los 56 jóvenes fusilados el 5 de agosto de 1939 se atrevieron a hacerlo. Y una de ellas, Julia Conesa, escribió a su madre, en la carta que todas las muchachas tuvieron la oportunidad de redactar antes de ser fusiladas, la frase que justifica que todavía sigamos recordando episodios como éste: “que mi nombre no se borre en la historia”.

Un enlace a la entrada de Wikipedia para la historia de las Trece Rosas. Si alguien tiene mucho interés, allí se anotan algunas fuentes y libros a consultar.

Otro enlace a un artículo de El País del año 2005 y otro de El Mundo que también contienen documentación

*Actualización: 39 Escalones llama la atención en su comentario a este post sobre las cosas que cuenta hoy Pío Moa en el periódico "Público", a propósito de su último libro. Si pincháis, pues ya veréis. Creo que hay que saber que cosas como las que dice este hombre se siguen pensando en este país, a pesar de todas las revisiones documentales e históricas que ya se han verificado.


7 comentarios:

Anónimo dijo...

No hay nada peor que dar la espalda al pasado, por duro que sea. Debemos ser capaces siempre de girar la cabeza hacia atrás y preguntar, y no temer las respuestas.
Todo lo que ocurre ahora es su consecuencia, y lo que puede pasar podría ser una copia de algo que ha sucedido antes. Estamos a tiempo, podemos jugar con ventaja.
Seguramente historias como la de ls trece rosas deberían ser materia obligada para una juventud a la que solo parece que preocupan cuatro cosas (al margen de la compra de un piso, claro)y que se cree infalible, porque nadie lo es.
Ah, no olvidemos nunca, no borremos ningún nombre.
Besicos.

ybris dijo...

Ningún nombre debería borrarse de la historia.
Nos quedamos con unos cuantos significativos para no repetir demasiado los errores.

Besos

Anónimo dijo...

Muchas gracias, Luisa. A mí la peli tampoco me gustó.
Sobre la memoria, ahí tienes hoy a Pío Moa en "Público" hablando de que, por ejemplo, las Trece Rosas eran unas peligrosas estalinistas y que Franco no las torturó ni asesinó, sino que las escarmentó, y todo ello dentro de una sarta de absolutas bobadas que suelta por esa boca sin inmutarse. Por culpa de la existencia de tiparracos como éste, la recuperación de la memoria histórica es más necesaria que nunca. Quizá no con una ley, pero sí de alguna forma para que las "despreocupadas" nuevas generaciones sepan que cómo es el mundo, que eso no ha cambiado, y que cuanto más ignorantes, mayor posibilidad de ser víctimas propiciatorias.

Besos, y reitero las gracias.

entrenomadas dijo...

Luisa, yo no la he visto todavía.
He leído dos libros sobre ellas. Y vi el documental que se hizo hace un par de años. Lo tengo en casa, es excelente. Buenísismo.
De la peli no puedo evitar que me chirríen algunas cosas, pero hasta que no la vea no podré opinar, es justo.
Me interesa lo que dices.
Ya te diré cuando la vea que me parece.

Luisamiñana dijo...

Conviene conocer el pasado, Mima, conviene. A veces el pasado no está tan pasado...Lo cierto es que nunca hemos aprendido mucho de él, que una y otra vez, como dice el refrán, tropezamos en los mismos pedruscos. Y eso teniendo memoria... Pero hay que saber que hay muy pocas cosas nuevas, casi nada.

Besos preponteros, je, je...

-----------------

Ningún nombre debería borrarse... Por eso me gustó tanto el título de un libro de Víctor Juan: "Por escribir sus nombres", por escribir y recordar las largas listas de nombres anónimos que nos han ayudado a llegar hasta aquí.

Besos postcumpleañeros...


------------------------

Como bien decías, Escalones, la peli es blanda y carga demasiado las tintas en la parte emocional. Tampoco me gusta mucho el montaje. Y como no me gusta el montaje, no me atrevo a juzgar el guión.
He seguido la pista que me has dado y he introducido el enlace, pa que se vea.

Besos de otoño

-----------------------


El documental no lo he visto, Marta. A ver si puedo conseguirlo. Cuando digo que la película no me gusta, lo digo desde un punto de vista cinematográfico. También creo que apela en demasía a la emotividad fácil. En cuanto a cómo se cuentan las cosas, no tengo muchas referencias con que comparar. Conozco la historia de las trece rosas de leer aquí y allá, pero no la tengo contextualizada. Pero es una historia muy dolorosa, ejemplo de otras muchas que ocurrieron, claro.


Besos halloweenanos, ja

Eryx Bronte dijo...

13 rosas, sus espinas duelen todavía, la peli es un lagrimeo, la memoria debe ser otra cosa compañeros. Besos Luisa.

Luisamiñana dijo...

Ahí estoy contigo, Eryx, por supuesto. Ya lo he dicho, la película es un pelín "novelón". Pero los hechos son los hechos. Besos.