Hace exactamente una semana, Angel Petisme presentó su último poemario, “Demolición del Arco Iris” (El Baile del Sol), en el Centro de Historia de Zaragoza. De verdad que fue una sesión memorable. Tendríamos que haberla grabado en vídeo y haberla lanzado luego a los cinco continentes y veinte mil leguas marinas.
Primero, el presentado presentó a los presentadores: a ver, ¿qué mejor manera de agradecer el esfuerzo y la amistad? Luego, Nacho Escuín, poeta y editor, y Jesús Domínguez, poeta, bucearon en el libro de Petisme como dos auténticos kamikazes, sin reservas (el texto de la presentación de Jesús Dominguez se puede leer en el blog de Angel Petisme: es una hermosura y una excelente introducción al poemario). Finalmente, el actor Ricardo Joven y el propio Angel Petisme se dedicaron a centrifugar nuestras entrañas y cerebros en una lectura de poemas i-m-p-r-e-s-i-o-n-a-n-t-e, un mano a mano sin respiración. Luego, sé que unos cuantos de los asistentes prologaron la fiesta hasta altas horas de la madrugá, comm´il faût.
Transcribo este par de poemas del libro. Pero podría haber elegido cualesquiera otros. Creo que “Flores de la demolición” le gusta a Petisme de un modo especial –digo, por su forma de leerlo el viernes pasado.
PLAZA DE LAVAPIÉS
Llueve a mares y baja por la cuesta de Ave María
el líquido amniótico de los sueños.
Bajan las cicatrices, las llamadas perdidas,
la barbie abandonada y un árbol del amor,
los condones suicidas y los huesos de pollo,
el llanto de las razas, los mensajes borrados,
la belleza sin sitio, las fotos del eclipse…
Los juguetes enfermos, los dioses que no cambian,
los extractos del banco, las sillas de tres patas.
Sale la luna en Sombrerería y sale el sol en Olivar.
Un río ineludible de preguntas
desciende a la boca del Metro,
un ángel que volaba hacia atrás,
el alquitrán del miedo,
un corazón con brazos del Ikea,
frascos de jarabe caducado.
Pecados que no vieron amanecer,
belleza que no encuentra reposo.
Está lloviendo a mares en plaza de Lavapiés
y soy esa mujer que lleva escrito un No.
FLORES DE LA DEMOLICIÓN
Te he amado, sí, te he amado
con tigres en la cama y emboscadas.
No quedan huellas
de nuestra sed sobre la Vía Láctea,
los pirotécnicos me preguntan por ti,
las flores de la demolición comienzan a cantar.
Ahora que no estás ya no hay destino,
ni calles para el vino y el verano.
Hemos tocado los plátanos del cielo
y despertado en el Popocatepelt.
Vuelve la Tierra a ser redonda
y el libro de las sonrisas lo ha apagado la lluvia.
Gira sobre sus goznes el Purgatorio.
Que el tiempo y la memoria sean benévolos contigo.
Llueve a mares y baja por la cuesta de Ave María
el líquido amniótico de los sueños.
Bajan las cicatrices, las llamadas perdidas,
la barbie abandonada y un árbol del amor,
los condones suicidas y los huesos de pollo,
el llanto de las razas, los mensajes borrados,
la belleza sin sitio, las fotos del eclipse…
Los juguetes enfermos, los dioses que no cambian,
los extractos del banco, las sillas de tres patas.
Sale la luna en Sombrerería y sale el sol en Olivar.
Un río ineludible de preguntas
desciende a la boca del Metro,
un ángel que volaba hacia atrás,
el alquitrán del miedo,
un corazón con brazos del Ikea,
frascos de jarabe caducado.
Pecados que no vieron amanecer,
belleza que no encuentra reposo.
Está lloviendo a mares en plaza de Lavapiés
y soy esa mujer que lleva escrito un No.
FLORES DE LA DEMOLICIÓN
Te he amado, sí, te he amado
con tigres en la cama y emboscadas.
No quedan huellas
de nuestra sed sobre la Vía Láctea,
los pirotécnicos me preguntan por ti,
las flores de la demolición comienzan a cantar.
Ahora que no estás ya no hay destino,
ni calles para el vino y el verano.
Hemos tocado los plátanos del cielo
y despertado en el Popocatepelt.
Vuelve la Tierra a ser redonda
y el libro de las sonrisas lo ha apagado la lluvia.
Gira sobre sus goznes el Purgatorio.
Que el tiempo y la memoria sean benévolos contigo.
7 comentarios:
Pues sí, fue estupendo. Al menos uno, que no suele acudir a saraos de esta clase, se lo pasó mejor que un tonto con un lápiz...
Besos
Vaya, no sabes lo que me alegro. Tendré que apuntarme algún día a una presentación de estas (aunque, ahora que lo pienso, me voy a estrenar pronto...)
Conocía ya, y me encantó, Plaza de Lavapiés y el segundo poema que dejas me parece estupendo también.
Creo que habrá que hacerse con ese libro.
Besicos.
Preciosos los dos poemas.
Gracias.
Me das envidia.
Besos.
Querida Luisa:
Gracias por tu cariño y por tu generoso y hermoso blog. Después de pegarme ayer toda la tarde de resaca en el aeropuerto de Bcn, con vuelos cancelados y quitándome el cinturón, el reloj y el bypass del corazón ¡tres veces consecutivas!,hoy hace un sol espléndido en Madrid e iremos a dar un voltio por Lavapiés. El libro de las sonrisas que abrimos y compartimos el viernes en Zgz en la cafetería del Centro de Historia viene con nosotros. Un beso
Allí habia una cámara, ¡que yo lo vi!
Salu2 córneos.
Nos lo pasamos todos muy bien, Alfred. Claro que algunos la echastéis más larga que otros, je, je... Besitos, sir.
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Algunas de estas presentaciones resultan ser reuniones muy entrañables y divertidas. La de este día, con el libro de Angel Petisme, lo fue, MIma, un verdadero lujo.
Y por supuesto no podrás escaquearte de la que tú ya sabes... tienes tiempo para planificar el servicio de canguro...
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Son muy hermosos, Ybris. Te recomiendo vivamente el libro, de verás: mucho que aprender ahí. Un beso.
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Javier, ¿quién la llevaba? ¿no serías tú? Si eras tú, ya sabes lo que tienes que hacer... Jolín, nunca te veo, niño, ¿cómo lo haces? ja, ja ...
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Angel, las gracias hay que dártelas a ti por un libro tan bello. Y por el estupendo rato de la presentación, con tanta magia y tanto voltaje poético.
Desde aquí seguiremos escribiendo también en ese libro. Un beso.
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