Dedicada a Javier Torres, telefonólogo y fotógrafo casi profesional, poeta y hermes, que lleva en su macuto y en su cabeza casi tantos móviles como hay en la foto y tiene más líneas telefónicas que la Casa Blanca.
Foto: El País, publicada en el Ciberpaís de hoy
9 comentarios:
Pues espera que nuestro "flaki" monte su propia exposición....
Si Javier viera que yo solo uso mi celular para que me llamen, llamar y enviar mensajes porque no se manejarlo más, capaz que le dura la risa una semana. Soy torpísima para usar el celular para más cosas: fotos, videos, correo-e, etc. ¡Es muy dificil!
Yo lo mismo que "apostillas literarias"... no me caen muy bien los móviles, de hecho, la mayoría de las veces meto le quito el sonido al mío cuando estoy en clase y el pobre se lleva toda la semana "mudo" en el bolso, hasta que me acuerdo de él... hay veces que hasta me da lástima, el pobre cacharro.
Buena colección, me gusta el móvil grandote de la pantalla azul, me recuerda a mi "dinosaurio", que el primer móvil (Nokia 3310) que tuve yo y que ahora es de mi padre.
Besos.
Rosa.
¡La mía es mejor, y más grande!
Jajaja..., a ver si arranco ese proyecto de exposición que me ofreció José Antonio Pueyo y veréis que no es broma, ya supera los 600 ejemplares.
Magda, cualquier duda... ya sabes ;)
Rosa: hay modelos de móvil con los modos programables, échale un vistazo al manual y me cuentas.
Un beso grande Luisa.
¿Una colección de móviles?
¡Socorro!
Yo no hago colección y tengo cinco porque me da pena tirarlos.
Aunque la verdad es que casi ni los utilizo. Más bien los utilizan para perseguirme (con publicidad las operadoras y con llamadas aleatorias mi gente)
Besos
Me parece, Luisa, que si Ybris, Rosa y Magda conociesen a nuestro Javier mirarían a los móviles con otros ojos. ¿verdad?
Yo creía que era una foto de su mesilla de noche...
Besos
La verdad es que en manos de Javier un móvil parece una nave espacial: es capaz de enseñarte cincuenta mil cuestiones técnicas y de hacerte ver que ese teléfono puede brindarte las cosas más insospechadas.
Un beso a todos.
Un beso, Javier.
¡Y pensar que tuve uno como ese de color negro de disco, y me deshice de él! Qué rabia.
Avisa cuando Javier monté su exposición, no hay que perdérsela.
Besos.
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