sábado, 13 de septiembre de 2008

El hombre simbiótico*



Daniel Canogar, "Enredos", 2008


Hoy he leído el artículo que Fernando Sáez Vacas publica en El Cultural de esta semana. Se titula “También la mente se adapta al Nuevo Entorno Tecnosocial” y viene a exponer algunas cosas que me parecen bastante ciertas. Hace tiempo que en conversaciones de sobremesa, de café o de terrazas de verano no es raro que surja este tema: el de los cambios que a todos los niveles está suponiendo no sólo Internet, sino la tecnificación de la información, la velocidad de su circulación, la multiplicación de accesos a la misma, etc. Yo soy de las que desde siempre ha pensado que esos cambios producirán inevitablemente con el tiempo modificaciones en nuestra estructura mental. La plasticidad de nuestro cerebro no puede permanecer indiferente a la transformación que se está operando en las formas de conocimiento. No sé en qué consistirán dichas modificaciones. No alcanzo a imaginarlo. Pero algo creo que ya se está notando. Y de ello habla el artículo de Fernando Sáez Vacas, que comienza así:




Uno de los últimos debates públicos referidos al impacto de la infotecnología es si Internet le está afectando a nuestros cerebros. El polémico articulista y escritor Nicholas Carr ha avivado el debate publicando un texto que ya en el mismo título se pregunta si Google –el más usado buscador de Internet– no le estará haciendo más estúpido. Nos confiesa en su artículo que “en los últimos años he tenido la incómoda sensación de que alguien, o algo, ha estado jugueteando con mi cerebro, cambiando el esquema de su circuito neural, reprogramando la memoria”, a lo que añade que, después de una década durante la que ha pasado mucho tiempo en línea, buscando y navegando, ahora es incapaz de mantener la concentración en un libro durante más de dos o tres páginas. Contrastando su experiencia con las opiniones de diversos autores y de algún bloguero amigo, llega a la conclusión, que más adelante razona en términos generales del impacto transformador de las tecnologías, de que la Red, no sólo le suministra información que “su mente espera ya como si fuera una corriente de partículas en rápido movimiento, sino que también conforma su proceso de pensamiento”.

Esta última idea no es novedosa, aunque, dada la intensa influencia universal de Internet le proporciona un interés mediático. R. Simone, profesor italiano de Lingüística, publicó en el año 2000 el librito La Tercera Fase, subtitulado en español (2001) Formas de saber que estamos perdiendo, dedicado a analizar históricamente cómo se crean y elaboran nuestros conocimientos, nuestras ideas y nuestras informaciones. Resumiendo sus tesis, éste agrupa los fenómenos intervinientes en el paso entre las tres grandes fases, Escritura, Imprenta e Infotecnología actual, en tres tipos: a) Técnico –los “instrumentos” materiales nuevos vinculados con el conocimiento, es decir, la tecnología como herramienta para el conocimiento y, por tanto, para la inteligencia y la cultura–; b) Mental –de la oralidad a la escritura, de la lectura a la visión no alfabética y a la escucha–; y c) Modos de Trabajo de nuestra mente con las informaciones –cómo las recibe y las elabora, cómo transforma la capacidad y el peso de nuestros sentidos en la formación del conocimiento y activa nuevos módulos o funciones de la mente–. Hemos pasado a finales del siglo XX de un estado en el que el conocimiento evolucionado se adquiría sobre todo a través del libro y la escritura (ojo y visión alfabética, inteligencia secuencial) a otro estado en el que también se adquiere a través de la escucha (oído) o la visión no alfabética (inteligencia simultánea).Una era de mutación. ¿No será esta tercera fase un apartado de la era de mutación que estamos viviendo?...


Seguir leyendo el artículo completo ---> El Cultural

* El hombre simbiótico es el título de un libro de J.Rosnay, citado en el artículo.

6 comentarios:

Estel Julià dijo...

Luisa,

Me alegra encontrarte en este nuevo diseño a la vuelta del verano.

Muy interesante el tema que planteas.
Sin duda Internet está cambiando las estructuras de pensamiento, yo creo que la clave está en que los procesos mentales que hasta ahora estaban establecidos se alteran, de ahí que muchas personas padezcan esa falta de concentración que se observa.

Tal vez le estemos pidiendo al cerebro más de lo que puede dar??.
O tal vez la capacidad de concentración en un futuro también será algo que estará redefinido?

Quien sabe a dónde iremos a parar...aunque el hombre siempre tiene en su mano el poder de la elección.


Un abrazo,




Estel J.

entrenomadas dijo...

Yo creo que el cerebro es un mundo por descubrir, el problema es equivocarse probando inútilmente en direcciones obtusas y desaprovechando otras.
Las estructuras del pensamiento avanzan, se diluyen, vuelven, se transforman.
Este verano he leído un artículo muy interesante. Lo busco y te lo paso, igual te lo parece a ti también.

Kisses

JesúSerrano dijo...

No estoy seguro de entenderte. ¿Dónde radica el "problema"?. La disponibilidad de avances técnicos en los últimos 50 años ha incrementado la cantidad de información, la velocidad de trasmisión de la información, el número de canales de información y la variedad de formatos en que se trasmite. Y todo ello de manera creciente. Captar la mayor cantidad de información y organizarla en forma de conocimiento, al ritmo de los acontecimientos, me parece todo un reto.Pero no creo que, de momento, vayan a activarse nuevas funciones de la mente. Me temo que, como ya ha pasado antes, el nivel de exigencia en lo intelectual deje al descubierto nuevos grados de déficit.

39escalones dijo...

No puedo evitar pensar en que las calculadoras han terminado por aniquilar la capacidad de cálculo mental de mucha gente, simplemente por sustitución. ¿Qué nos hará la tecnología de la información?
Tampoco puedo evitar acordarme de HAL 9000. Qué mala leche tenía el tío.
Besos

Luisamiñana dijo...

Una alegría verte de nuevo por aquí, Estel, ya en septiembre. Ya he hablado con algunos psicólogos respecto a ese fenómeno de la falta de concentración de que hablas. Parecen coincidir en que en realidad no sería tal, sino parte de estas "nuevas maneras de conocer, de enfrentarse a los datos, de organizarlos". Todo está empezando.
Un beso.

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Totalmente de acuerdo, Marta, en que las estructuras de pensamiento, e incluso el propio cerebro, sufre transformaciones. El proceso actual es tan importante, tan totalizador, tan profundo, que creo firmemente que una de sus consecuencias será alguna transformación en ese sentido. Ya lo veremos. Pásame el artículo por fa. Besos.

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No hay problema, Quazzimodo, ninguno. Es simplemente un planteamiento acerca de lo que pueda pasar. Seguro que ante las nuevas exigencias descubrimos déficits. Pero también estoy bastante segura de que nuestro cerebro se esforzará por cubrirlos. Y en ese proceso, como ya sucedió cuando nos pusimos de pie, cuando tuvimos la escritura, etc... sí que crearemos nuevas formas de enfrentarnos a los fenómenos.
Un saludo ygracias por la visita.

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Sí, 39, hay cosas que parecen estar perdiéndose lastimosamente. Los procesos no son indemnes. Pero yo a pesar de todo, mantengo mi nivel de expectativa con mucha curiosidad.
Hal es muy humano, Alfred... ja, ja. Un besote.

Anónimo dijo...

Yo estoy de acuerdo en las ventajas de Internet, ésta gran herramienta, creo que si perdemos formas de aprender es porque a cambio estamos ganando otras, a lo mejor mucho más efectivas, no sé si estaré equivocada, pero a mí me está enseñando mucho. Lo que sí me da miedo es que nuestro cerebro, por mucho que se adapte a la nueva situación, no sé si es capaz de asimilar a la velocidad de vértigo que va el tema. Sólo en estos últimos 50 años se ha avanzado más que en "losnosecuantos" anteriores o más........ Besos guapa