Ni recuerdo cuándo escuché por primera vez "La chica de ayer". Hay canciones que se pegan a uno como el propio sudor y algunas madrugadas tenían mucha prisa en los años ochenta.
Hubiera preferido que el tiempo y la resaca brutal no le hubieran succionado tanto el tuétano. Aunque sus ojos siempre parecían nadar entre el barro. Me dolía verle, a pesar de su dignidad robusta. Me dolía porque intuía el esfuerzo que le costaba sobrevivir. Y lo hacía con lo que tenía, con lo que le había quedado. Más que un mito, ha sido un entregarse. He visto a más de uno como él, pero él construyó todas esas canciones, como milagros. Que conste que en los años ochenta ocurrieron milagros. Que conste que aquella "movida" fue una revolución. Que conste que después ha habido mucha vida. Que conste que algunas veces suceden milagros en forma de canciones. Y lloramos.
Leo por ahí las cosas que la gente ha escrito: hermano Vega, después de todo, estuvo bien. Aquí estamos.
4 comentarios:
Hola
En La Curvatura de la Córnea guardamos el sitio de mi recreo:
http://lacurvaturadelacornea.blogspot.com/2008/01/el-sitio-de-mi-recreo.html
Salu2 Córneos.
Una de las canciones de mi primera adolescencia fue "una décima de segundo", no me la quito de la cabeza desde que supe la noticia.
A mi también me dolía verle, toda esa clase y esa dignidad, esa delicadeza cercada por las cosas de la vida, pero siempre ahí, como siempre estarán sus canciones.
Javier, Olga, entre todos vamos componiendo la geografía de este duelo de hoy y de la geografía de nuestras historias . "Las cosas de la vida": suena inmediatamente la canción de Los Secretos...
Querida Luisa, un día hablábamos hace ya un montón de entradas, de la banda sonora de nuestra vida, esta canción también lo es...esa chica siempre, siempre nos mirará desde su jardín donde juega con las flores eternamente.besos guapa
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