lunes, 3 de agosto de 2009

Banda sonora/34: Un rayo de sol, oh oh

En Las esquinas de la Luna hay un poema titulado "Los 40 principales", que hace alusión a esas decenas (o igual centenas) de canciones que pueblan nuestros espacios y tiempos, seamos conscientes o inconscientes de esa presencia. En mi caso la mayoría no ocupan ni siquiera lugar en mis preferencias musicales. Sin embargo, están asociadas a épocas más o menos felices o desgraciadas, a rostros, cuerpos, playas, habitaciones, cursos escolares o univesitarios, trabajos, veranos o inviernos especialmente significados. Un buen puñado de esas canciones malas, pero relevantes, pertenecen al universo freak de las canciones de verano, un género que parece nacido y crecido a la sombra ( o sol) de la afluencia masiva de veraneantes a las playas. Digo; no sé.
Esta mañana han sonado un poco por casualidad en mi ordenador los primeros acordes de "Un rayo de sol" , oh, oh... Me dice Miguel Angel Latorre: tan sólo ese comienzo sitúa por sí mismo a un montón de gente en el mismo paralelo emocional (no me lo ha dicho así, pero era ésto). Y es verdad. Una canción-pachangueta: pero tan importante.
Por mi parte, creo que con "Un rayo de sol" fui consciente por primera vez del fenómeno "canción del verano". Y además me recuerda a una de mis buenas amigas de la infancia-adolescencia, y un verano-mito de esos que una ya no encuentra ... Con lo que me gusta el verano y su tiempo de fiesta.
Y además la frivolidad es oxígeno necesario.







Aunque.... quizás.... no conviene abusar, no, ¿o sí?

7 comentarios:

mariajesusparadela dijo...

Pues sí. Yo firmaba por aquella vanalidad. Y, sí, sin abusar. Un ratito.

ybris dijo...

Me encanta esa oxigenante frivolidad que tan a menudo nos dice más de nosotros mismos que las insondables profundidades de la reflexión transcendetal.
Quizás es que seguimos siendo adictos a recodos frívolos de nuestro pasado.

Besos. Luisa.

Javier López Clemente dijo...

Hola Luisa

El sábado por la noche, a una hora poco razonable para seguir con los cubatas, mi amigo Pedro y yo hablabamos sobre la necesidad de una ley orgánica que regulase la canción del verano: Compositores y demás luminarias estarían obligados, bajo pena de galeras, a componer una canción del verano que, tras sucesivas fases de eliminación emitidas en directo por las televisiones públicas del Estado, quedarían reducidas a un número por determinar. Todas las emisoras de radio y televisión pincharian esos temas con insistencia durante los meses de mayo y junio para que, con la llegada del verano to dios se las supiera, no sólo la letra, también el baile asociado.
Vamos a crear una plataforma, Pedro ya anda escribiendo los fundamentos filosóficos, morales y bailongos del experimento.

Salu2 Córneos.

PD: Prometo que durante las pasadas fiestas no consumí ningún tipo de sustancia ilegal

Luisamiñana dijo...

Seguramente, amigos, y en contra de todo postulado filosófico, la vanalidad nos hace más libres.

Javier, yo me apunto a esa plataforma, pero con la condición de que carezca de fundamentos filosóficos o morales - viva la vida adlib- y de que incluya la retransmisión televisiva del festival de Benidorm de la canción.

Abrazos estivales a todos.

lamima dijo...

Acabo de tener la vision de mi triquini verde con un aro metálico en el centro (si, metálico, me dejaba marcada como una res).
Jaja.. ¡¡bienvenido ese oxígeno frívolo y casposo!!!

Fernando dijo...

ese año llevaba yo unos pantalones burberrys a rayas finas blancas y azules...está tan lejos!!!

Lamia dijo...

Andaba yo ensimismada en mis vacaciones, tratando de olvidar la cotidianeidad de mi vida... cuando leo este post pre vacacional. Mi canción del verano es este año una de La Quinta Estación, que esta mañana escuchaba mientras limpiaba la cocina de mi madre y recordaba otra mañana en esa misma cocina. Y pensando, pensando... me he dado cuenta de que te echo de menos. Espero que todo vaya bien. Y te veo a la vuelta. Un beso grande.