sábado, 21 de noviembre de 2009

Amanece que no es poco (por el oeste)


Ando buscando notas sobre una serie de tv que me fascina, El Prisionero. Busco y rebusco sobre todo intentando poder visualizar en internet algo más que los breves minutos de algún que otro capítulo que hay incorporados en Youtube. Dejo un comentario en el blog El lamento de Portnoy, donde encuentro un post sobre la serie. El Prisionero, que hoy es una serie de culto, ha sido una de mis preferidas desde siempre. Por cierto que Patrick McGoohan, ideólogo y protagonista de la serie, murió a principios de este año. Me lo estaba pasando francamente bien. Leyendo cosas (algunas muy repetitivas, pero bueno) sobre la serie: a fuerza de leer se han avivado mucho mis recuerdos de las imágenes de La Villa en mi televisión en blanco y negro.


Me lo estaba pasando muy bien, y ha llegado la hora en que ponían en La 2 Amanece que no es poco, la película de José Luis Cuerda, de cuyo rodaje se han cumplido este año veinte. Esta película recibió unos palos tremendos de la crítica, creo. Y sin embargo hoy ha pasado también a la categoría en que se colocan esas obras que van creciendo con el paso del tiempo. Me parece que Amanece que no es poco ha crecido tras veinte años, porque -independientemente de las anécdotas iconográficas de época- realiza una propuesta narrativa, argumental, muy cercana a los presupuestos que hoy animan una buena parte de la creación de ficción, tanto literaria como cinematográfica, y en muchos casos pictórica igualmente. Me he reído mucho con la película. Hay momentos memorables. Me lo he pasado muy bien viéndola, he disfrutado con todo el enorme plantel de enormes cómicos con el que contó Cuerda: María Isbert, Casen, Luis Ciges, Manuel Alexandre, Enrique San Francisco, Gabino Diego, Antonio Resines, y unos cuantos y cuantas más.


En este pueblo que retrata José Luis Cuerda, - y al que llegan en sidecar Teodoro (ingeniero que da clases en Oklahoma y que dispone de un año sabático) y su padre (Jerry) que ha matado a su mujer porque era muy mala, y a quien la guardia civil no puede detener por no hacer un feo a la autoridad de Madrid, que no había considerado necesario hacerlo,- en este pueblo, digo, suceden cosas dignas totalmente de ser contadas (la invasión pacífica de los del pueblo de arriba, la utopía del intelectual-campesino que habla de Faulkner y Nabokov, el rezo del rosario en el que se pide por "una visión global de las cosas lo más aproximada posible", la bilocación del borracho, unas elecciones generales en la que se elige al alcalde, al cura, a las fuerzas de orden, a la puta local, a las adúlteras de turno, a la monja -que no hay-, en fin....



Cosas en las que se mezclan -en pildozaros superpuestos y yuxtapuestos, no lineales, (más bien neuronales) de situaciones, planos y frases- las referencias realistas (mucho) y otras extraídas de una desbordada imaginación; una imaginación crecida siempre desde la realidad, (como los hombres-rizoma que nacen en los bancales de los campos que circundan el pueblo), y que por ello se sitúan en la tradición del mejor surrealismo, entendido éste en un sentido muy amplio. Esa transgresión continuada y sin medida de la frontera entre realidad e imaginación es la que está presente hoy, como decía, en una parte de la creación de ficción que se produce en nuestro entorno, y que se corresponde con algunas de las propuestas más valientes, las mismas que sin duda abren caminos en la actualidad. O, mejor dicho, reabren. Porque esta visión, esta actitud, estas propuestas vienen desde lejos. Atraviesan cada cierto tiempo las necesidades expresivas de la sociedad como rompehielos.




Hablamos por ejemplo, atendiendo a diferentes ámbitos y planos de: los grutescos metamórficos clásicos, los capiteles medievales, la Hypterenomachia Poliphili, los libros de caballería, los emblemas de Alciato, el Quijote, la pintura manierista, el Bosco, el teatro de títeres, Galdós (sí, sí, Galdos: El caballero encantado), el esperpento valleinclanesco, Buñuel, los dibujos animados... Cuerda utiliza la hibridación y el humor que nace de la dislocación con una naturalidad apabullante, bien aprendida en la tradición. La película de Cuerda resulta, por tanto, en cuanto a sus planteamientos narrativos de una actualidad impresionante.



No me acordaba bien de la película. Pero ahora que divido mis búsquedas de información entre las referencias a El Prisionero y los millones de sitios dedicados a Flashforward, me ha llamado poderosamente la atención encontrar en Amanece que no es poco la escena en la que el alcalde pide a toda la población que realicen en la plaza un flashback...




En algun otro sitio me parece que he escrito (creo que en el "relato" Pasavento circa Matrix) que nunca realidad y ficción estuvieron más cerca ni más mezcladas. Y cuando digo ésto, digo mezcladas de una forma tangible. Es como si por fin el ser humano empezara a disponer de la tecnología adecuada para hacer realidad su imaginación ilimitada, con los consiguientes y continuados feddbacks. Y si no fuera así, me gusta pensarlo: la posibilidad de que amanezca por el oeste es (supongo que imposible, pero) fascinante.



5 comentarios:

Portnoy dijo...

Te devuelvo la visita, Luisa.
Es curioso que relaciones El prisionero con Amanece que no es poco, dos obras irrepetibles que deben su condición de obras de culto a su singularidad pero creo que sobre todo a la sinceridad de sus propuestas. Intentar repetirlas en otro contexto, como el remake que se emite ahora en EEUU sobre El prisionero o el intento de Cuerda (aquella sobre el cileo que no recuerdo como se llamaba) fallan porque les falta algo. Frescura, quizás.
de todas formas gracias por visitar El lamento.
Un saludo

Isabel Mercadé dijo...

No recuero esta serie, Luisa, y mira que de pequeña ponían seres fascinantes en la tele que me tragaba con voracidad. ¿Se consideraba quizá para adultos? Porque esas ¡Ay, làs! no me permitían verlas, ¡con lo blancas que eran comparadas con la basura moral que ven los niños ahora a todas horas!
Un abrazo.

Luisamiñana dijo...

Gracias Portnoy por la devolución de tarjeta-:)
En realidad la relación entre El Prisionero y la película de Cuerda en este caso creo que es más bien producto de la casualidad; bueno han coincidido en mi espacio y en el tiempo... Aunque sí que seguramente haya algunso hilvanes discursivos relacionables entre ambas obras, tan distintas por otra parte en cuanto a semántica, me parece.
Po otra parte, absolutamente de acuerdo contigo en la distancia existente con los "segundos intentos": el remarke del Prisionero o "El Cielo" de Cuerda. Esta última no alcanzó ni de lejos la potencia comunicadora de "Amanece que no es poco".
Un saludo


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Bel, sí era para adultos (creo que un par de rombos). Yo me los saltaba todos, todos. El Prisionero tiene su aquel, ¿eh?. Efectivamente ahora parece en algunas cosas algo ingenua, sobre todo en el modo de desarrollar ciertos argumentos. Pero creo que sigue resistiendo el paso del tiempo, porque hay fragmentos inexplicables en ella, y eso siempre atrapa.
Besos.

39escalones dijo...

¿"Así en El Cielo como en la Tierra? Efectivamente, no es tan redonda, pero el momento de la Anunciación es brutal...
Una de mis películas favoritas por siempre jamás es "Amanece, que no es poco". Por muchos de esos momentos que citas (el lanzamiento de hostia, por ejemplo o el Guardia Civil que se persigue, alcalde, nosotros somos contingentes pero tú eres necesario, y tantos y tantos...), pero en especial por uno: Antonio Resines, cuando en las elecciones gana que los americanos se vayan y les abuchean, levanta la mano y dice:
- Yo sólo quería decir que los americanos también tienen cosas positivas.
A lo que el alcalde (Rafael Alonso) contesta en plan paternal, como a quien conserva la ingenuidad de la infancia:
- Vete a la mierda...

Besos.

Luisamiñana dijo...

Esa... es que nunca me acuerdo de los títulos,

me alegra coincidir con tu sabiduría en disfrutar de esta pelicula; el otro día me lo pasé muy muy bien, genial.

lo de la contingencia es buenísimo... y ¿qué me dices de cuando los forasteros llegan por fin a la casa de María Isbert y su madre donde les van a alojar y ésta le pregunta qué quieren y Luis Ciges le contesta: hablar de Dostoievski...

o el tío inmigrante al que sólo le salen copias de obras maestras cuando escribe...

o los ahorcados que no se mueren...
en fin, es que toda la película está llena de galaxias...

bss