martes, 7 de septiembre de 2010

Series y series/ 12: Star Strek

¡I want to live!
Es el título del quinto episodio (temporada 1) de la serie original Star Strek (la de los años sesenta, of course). Aclaro que soy una declarada starstrekiana (no freak, no confundir) de toda la vida. Recuerdo que en mi infancia me bebía la serie con la misma devoción que la leche con Nesquik (no Cola-cao: demasiado dulce).
Ando leyendo un libro estupendo de divulgación cientifíca: "Física de lo imposible", de Michio Kaku (Debate). Agradezco tanto a hombres enormes de ciencia como él que me ayuden a comprender cuestiones esenciales de la vida... (lo he afirmado más de una vez: detesto esa polaridad educativa a la que nos sometieron y que me ha privado de tantas cosas..., ¡qué mal lo hacemos todos, por favor!)
En muchos momentos de este libro, Kaku alude a Star Strek. Especialmente, claro, en el capítulo referido al teletransporte. Hablando de ello, del teletransporte, y anotando sus explicaciones con diversas alusiones a la literatura de ciencia ficción, menciona también el relato de James Patrick Kelly, Pensar como un dinosaurio (1997) (link a la editorial, link a traducción en pdf):
"En esta historia una mujer es teletransportada a otro planeta, pero hay un problema con la transmisión. En lugar de ser destruido el cuerpo original, este permanece inmutable, con todas sus emociones intactas. De repente, hay dos copias de ella. Por supuesto, cuando se le dice a la copia que entre en la máquina de teletransporte para ser desintegrada, ella se niega. Esto crea una crisis, porque los fríos alienígenas, que proporcionaron inicialmente la tecnología, ven esto como una cuestión puramente práctica para `equilibrar la ecuación´..." (Kaku, 2009, p.354)
Bien, el episodio de Star Strek al que me refería al principio (I want to live, 1969):







Kaku explica:
"El teletransporte cuántico explota algunas de las propiedades más extrañas del experimento EPR. En estos experimentos de teletransporte, los físicos empiezan con dos átomos, A y C. Supongamos que queremos teletransportar información del átomo A al átomo C. Entonces, introducimos un tercer átomo, B, que inicialmente se entrelaza con C, de modo, que B y C son coherentes. Luego ponemos en contacto el átomo A con el átomo B. A explora B, de modo que el contenido de información del átomo A es transferido al átomo B. A y B se entrelazan en el proceso. Pero puesto que B y C estaban originalmente entrelazados, la información dentro de A ha sido transferida al átomo C. En conclusión, el átomo A ha sido ahora teletransportado al átomo C, es decir, el contenido de información de A es ahora idéntico al de C.
Nótese que la información dentro de A ha sido destruida (de modo que no tenemos dos copias de A después del teletransporte). Esto significa que cualquier se hipotéticamente teletransportado moriría en el proceso. Pero el contenido de información de su cuerpo aparecería en otro lugar..." (p. 92)
¡Mon dieu... (disculpéseme mi entusiasmo...) ¿acaso todo esto no es purisítima filosofía/psicología/historia/literatura (y no hablo de la literatura de ciencia ficción solamente, of course ...?!
Personalmente, yo diría que en realidad no hacemos los humanos otra cosa en esta puñetera vida nuestra que autoteletransportanos continuadamente.
Y otra cosa exclamaría- otra vez, sí: después de todo esta explicación de Kaku, del grito del replicado capitán Kirk, del relato de Kelly, ¿por qué hay tanto inepto diseñando planes de estudio y de formación...? No se lo perdonaré nunca, nunca, nunca...

4 comentarios:

39escalones dijo...

Esto me recuerda "La doble vida de Verónica", de Kieslowski. Nada de teletransportarse en plan ciencia ficción, pero viene a ser lo mismo. Yo, fíjate, no he sido nunca de "Star Trek", de ninguna de sus cuchucientas partes...
Besos.

Lamia dijo...

Arggggg... No puedo con tanto teletransporte, Luisa. Quizás sería mejor que el clon continuara y a mi me desintegraran. Besos

Francisco Ortiz dijo...

Admiro la serie: tuvo grandes autores escribiendo los guiones. Creo que le dediqué un texto en un blog hace tiempo, para transmitir mi entusiasmo por episodios como este. También yo veo que es ciencia ficción con filosofía, psicología, humanismo, pensamiento abierto. Junto con Babylon 5 (que, para mi gusto, la supera, pues tiene episodios, como el dedicado a una huelga, impensables en cualquier otra serie), lo mejor que he visto jamás en televisión.

Luisamiñana dijo...

Yo pondría a su altura alguna que otra más, pero es cierto que ésta contenía elementos de guión, divulgación científica, prospección futurista, y una buena dosis de entretenimiento puramente televisivo que la hicieron como un punto y aparte en las fórmulas de hacer televisión. Influyó además luego en retos cinematográficos.
Algunos recursos nos suenan ahora un poco ingenuos, pero ello le proporciona a la serie, vista desde el contexto contemporáneo, un tono un poco kirsch que tampoco está mal.