sábado, 18 de diciembre de 2010

The collector

Sólo cuento con mi lógica y mis razonamientos para no desesperar, y aun así.

Digo que siento indignación. Tal cual. Digo que siento que me/nos toman el pelo, que nos toman por pobres imbéciles. Claro, una vez nos dijeron que el rey vestía un traje magnífico, lleno de oro y joyas-rejoyas, y nos lo creímos: ¿por qué van a pensar que somos inteligentes, si tiene claro que perdemos el culo no solo por las casas, yates, coches, abrigos, joyas... "de ensueño", sino igualmente por los collares de brillitos?

Pero de quién hablo. De quiénes hablamos, cuando decimos "mercado". Yo a menudo no lo sé. Pero sé que hoy en día vivimos dentro del ojo de una tormenta: el mercado ha creado "la tormenta perfecta" y es imposible escapar de su dictadura. Nuestros sistemas sociales están siendo ruda, insistentemente torturados, por un mafioso matón que al parecer se llama "mercado".

Hace no muchos años, el mercado no era un ente que estuviera "fuera" del entramado social. Ahora ya sí. Nosotros, pobres ciudadanos que todavía creemos vivir una realidad democrática, somos contemplados y titirescamente manejados por "el mercado". El mercado es ya una suprarrealidad, y escribe cruelmente guiones para nosotros como en la pesadilla del Show de Trumann. El mercado ya ni siquiera tiene rostro. Es faraónico. El mercado es una dictadura. Moodys es un dictador.

No ha servido el rescate de Irlanda (http://www.finanzas.com/noticias/bolsas/2010-12-17/400525_cronica-bolsa-cristina-vallejo-moodys.html). ¿Acaso servirá el aumento del fondo europeo de rescate? Me temo que al mercado le gusta ver cómo nos vamos acojonando cada mes un poco más; en vez de aplastarnos de un solo envite, alarga , cínica y grotescamente, una estúpida partida de póker, que parece tenemos perdida de antemano: cuanto más ampliamos la apuesta, menos confianza nos da la banca (gran casino, el mundo).

La única esperanza que nos queda es que el mercado se haya vuelto ludópata (es lo que tiene la ingeniería financiera virtual: crea adicción) y nos necesite para seguir jugando (The Collector: http://en.wikipedia.org/wiki/The_Collector_(1965_film))

Pero, de verdad, todo ésto empieza a darme bastante repelús, incluso miedo.


























Addenda: Lo ha recordado Ybris en su comentario, y creo que realmente merece la pena recordarlo. El video con el monólogo sobre "El sueño americano" de George Carlin comenzó a circular hace ya un tiempo, pero cada vez se perfila más certero:




Más addendas necesarias (los dos textos de sendos comentarios dejados por Carlos Manzano):

Comentario1. "El juego de la especulación financiera es un juego a corto plazo: se trata de sacar la máxima rentabilidad en el menor plazo posible. Al precio que sea. ¿Qué son los mercados financieros? Individuos, grupos económicos, entidades financieras y crediticias, lobbies, agencias que manejan ingentes fondos de inversión, multimillonarios que ya ni saben dónde colocar sus colosales ganancias... En fin, gente toda ella, como se ve, de buenos sentimientos y altruista corazón. La lógica de un especulador financiero es sencilla: ¿por qué conformarte con prestar unos cuantos miles de euros al 2,8% si puedes hacerlo al 5% o al 6%? ¿Y cómo se consigue que un Estado tenga que emitir deuda al 5 o al 6 (o al 8% como llegó a pasar en el caso de Irlanda) en vez de al 2,8 o al 3%? Si consigues expulsar del mercado de deuda de un país a los pequeños inversores, más recelosos y menos arriesgados, con las excusas que sean, los grandes especuladores, los que manejan sumas exorbitantes –algunos de ellos también enriquecidos en la época dorada del boom inmobiliario norteamericano que finalmente derivó en la crisis actual– tienen una capacidad mayor para exigir más rentabilidad al dinero que prestan a los Estados para sufragar el déficit. Las agencias de calificación, auténtica mafia del sistema financiero internacional, una especie de matones que te amenazan con la quiebra si no sigues al pie de la letra las consignas de la ortodoxia económica neoliberal, así como los diarios internacionales al servicio de los grandes lobbies económicos, como por ejemplo The Finantial Times o The Wall Street Journal, sólo tienen que extender la duda sobre la solvencia de tal o cual Estado tanto como les sea posible: siempre habrá quien les crea; y, de cualquier modo, ante la duda tenemos a Alemania, que paga poco pero que, “por lo que parece”, es segura. Terreno despejado para los que se enriquecen verdaderamente con este juego de especulación pura. Además, desmantelando el Estado del Bienestar, o lo poquito que nos queda de él, estamos abriendo terrenos para que la “iniciativa” privada –es decir, la otra parte del capital de estos grandes “inversores”– pueda encontrar nuevos campos de actuación y, por ende, nuevas fuentes de enriquecimiento en lo que antes era un servicio público.Bueno, Luisa, no sé si este rollo habrá servido para algo. Lo cierto es que la realidad es bastante más compleja que estos breves apuntes que he puesto más arriba, pero de alguna manera hay que concretar y definir lo mejor posible qué se esconde bajo esa nube informe que llamamos “mercados financieros”: una ilimitada e imperecedera avaricia humana. Conviene recordar que las grandes fortunas que se amasaron durante el periodo boyante de las hedge funds y las hipotecas basura no han salido nunca del bolsillo de sus dueños. Quienes se están forrando en este momento tampoco perderán nunca nada de lo ganado. Y, la verdad, es que a mí se me ocurre muy poco que podamos hacer para evitarlo. Porque o cedes a su presión, o tienes que colocar tu deuda a un precio insostenible para un Estado. Podríamos subir impuestos para depender menos de la financiación pública, pero creo que la gente tampoco está muy por la labor. Así que de momento es lo que hay. O eso creo. Ojalá me equivoque."

Comentario 2. "Como complemento a mi extenso y, a pesar de eso, superficial comentario*, y por si a alguien le interesa entrar en el fondo de todo este lamentable asunto, hay un libro de descarga gratuita, más que interesante, titulado "Por qué se cayó todo y no se ha hundido nada", que se puede obtener en la siguiente dirección web:

http://docs.google.com/uc?export=download&id=0Bz_sSR0QSRr4MzYwZTEwNDMtNWMxNC00Y2NlLWJmYWMtMDAxMGRlOGZhOWEz

Sólo me quedaría decirle a LaMima que, lamentablemente, no existe límite a la avaricia de esta gente; se trata de ganar más en menos tiempo, siempre y a todas horas: ese es precisamente su objetivo. Esperar por su parte una rectificación voluntaria y un comportamiento altruista es sencillamente soñar imposibles. No hay límite alguno a su afán acaparador. Las únicas soluciones que se pueden aplicar son globales y tienen que venir desde las instituciones internacionales. Por eso veo tan complicado pararles los pies. Al fin y al cabo, quien tiene el dinero manda: en eso consiste más o menos la "democracia occidental", y por eso el sistema ha resultado tan duradero y tan sólido: jamás ha amenazado el poder y los intereses de las élites económicas y financieras."

* Juicio del autor que no comparto.

8 comentarios:

ybris dijo...

He visto hace poco el video de George Carlin sobre "el sueño americano" en http://www.youtube.com/watch?v=r7dL-lGCVEg
Da rabia al principio, pero acaba dando miedo.
Sobre todo por ese chantaje del "mercado", tan mafioso él, que no parece cejar nunca en su intento de desmoronar todas las conquistas sociales para quedarse con todo lo público (es decir con el meollo de todo lo público dejando los bordes abandonados a su mísera suerte).

Besos.

Carlos Manzano dijo...

El juego de la especulación financiera es un juego a corto plazo: se trata de sacar la máxima rentabilidad en el menor plazo posible. Al precio que sea. ¿Qué son los mercados financieros? Individuos, grupos económicos, entidades financieras y crediticias, lobbies, agencias que manejan ingentes fondos de inversión, multimillonarios que ya ni saben dónde colocar sus colosales ganancias... En fin, gente toda ella, como se ve, de buenos sentimientos y altruista corazón. La lógica de un especulador financiero es sencilla: ¿por qué conformarte con prestar unos cuantos miles de euros al 2,8% si puedes hacerlo al 5% o al 6%? ¿Y cómo se consigue que un Estado tenga que emitir deuda al 5 o al 6 (o al 8% como llegó a pasar en el caso de Irlanda) en vez de al 2,8 o al 3%? Si consigues expulsar del mercado de deuda de un país a los pequeños inversores, más recelosos y menos arriesgados, con las excusas que sean, los grandes especuladores, los que manejan sumas exorbitantes –algunos de ellos también enriquecidos en la época dorada del boom inmobiliario norteamericano que finalmente derivó en la crisis actual– tienen una capacidad mayor para exigir más rentabilidad al dinero que prestan a los Estados para sufragar el déficit. Las agencias de calificación, auténtica mafia del sistema financiero internacional, una especie de matones que te amenazan con la quiebra si no sigues al pie de la letra las consignas de la ortodoxia económica neoliberal, así como los diarios internacionales al servicio de los grandes lobbies económicos, como por ejemplo The Finantial Times o The Wall Street Journal, sólo tienen que extender la duda sobre la solvencia de tal o cual Estado tanto como les sea posible: siempre habrá quien les crea; y, de cualquier modo, ante la duda tenemos a Alemania, que paga poco pero que, “por lo que parece”, es segura. Terreno despejado para los que se enriquecen verdaderamente con este juego de especulación pura. Además, desmantelando el Estado del Bienestar, o lo poquito que nos queda de él, estamos abriendo terrenos para que la “iniciativa” privada –es decir, la otra parte del capital de estos grandes “inversores”– pueda encontrar nuevos campos de actuación y, por ende, nuevas fuentes de enriquecimiento en lo que antes era un servicio público.

Bueno, Luisa, no sé si este rollo habrá servido para algo. Lo cierto es que la realidad es bastante más compleja que estos breves apuntes que he puesto más arriba, pero de alguna manera hay que concretar y definir lo mejor posible qué se esconde bajo esa nube informe que llamamos “mercados financieros”: una ilimitada e imperecedera avaricia humana. Conviene recordar que las grandes fortunas que se amasaron durante el periodo boyante de las hedge funds y las hipotecas basura no han salido nunca del bolsillo de sus dueños. Quienes se están forrando en este momento tampoco perderán nunca nada de lo ganado. Y, la verdad, es que a mí se me ocurre muy poco que podamos hacer para evitarlo. Porque o cedes a su presión, o tienes que colocar tu deuda a un precio insostenible para un Estado. Podríamos subir impuestos para depender menos de la financiación pública, pero creo que la gente tampoco está muy por la labor. Así que de momento es lo que hay. O eso creo. Ojalá me equivoque.

(He escrito este texto en un comentario anterior, pero no sé si se ha grabado; de momento, no lo veo. Pido disculpas si me repito dos veces)

Luisamiñana dijo...

Ybris, da rabia, sí, pero creo que la actual tesitura nos exige mucho más que rabia. Una actitud que todavía no alcanzo a definir, pero desde luego creo que no sirven las actitudes ni las armas con las que siempre respondimos a los abusos. El abuso es de tal envergadura, que ya no sirven. Tenemos que espabilar.

Besos

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Carlos, eres claro y didáctico como la vida misma, querido amigo.
Entiendo todo lo que planteas, y precisamente mi pregunta iba en realidad dirigida a lo obvio. Y también está motivada porque en verdad creo que esa sensación de que hay "supraentidad" dominante que nos maneja a voluntad es algo que todos tenemos ahora metido en el cuerpo. Nuestas angustias y nuestras protestas no tienen interlocutor realmente: porque el poder no está allí hacia donde se siguen dirigiendo. Lo que ocurre es que su invisibilidad y su capacidad de traslación y mutación lo convierten en algo inatacable, incontestable... en fin, algo así. Es como una película de terror...
Aunque haya situaciones muy cómicas también. En fin, seguiremos en el asunto: va para muy muy largo.

Gracias, Carlos. Besos

laMima dijo...

Llevo tiempo preguntándome hasta dónde quieren llegar y de momento no encuentro respuesta.
Como dice Carlos el dinero no ha salido de los bolsillos de quienes se han hecho de oro en los años de bonanza y no se cuantas casas, coches, anillos, piscinas, campos de golf, cuadros.....necesitan para frenar de una vez.
Yo también tengo miedo, si.

Luisamiñana dijo...

Mima, creo que es exactamente esta ausencia de respuestas lo que nos tiene paralizados: mi elección de The Collector es muy intencionada, querida mía.

Besicos animosos, ya vas a ver lo que voy a poner en el siguiente post, ahora migmito, que hay que animarse una miqueta.

Carlos Manzano dijo...

Como complemento a mi extenso y, a pesar de eso, superficial comentario, y por si a alguien le interesa entrar en el fondo de todo este lamentable asunto, hay un libro de descarga gratuita, más que interesante, titulado "Por qué se cayó todo y no se ha hundido nada", que se puede obtener en la siguiente dirección web:

http://docs.google.com/uc?export=download&id=0Bz_sSR0QSRr4MzYwZTEwNDMtNWMxNC00Y2NlLWJmYWMtMDAxMGRlOGZhOWEz

Sólo me quedaría decirle a LaMima que, lamentablemente, no existe límite a la avaricia de esta gente; se trata de ganar más en menos tiempo, siempre y a todas horas: ese es precisamente su objetivo. Esperar por su parte una rectificación voluntaria y un comportamiento altruista es sencillamente soñar imposibles. No hay límite alguno a su afán acaparador. Las únicas soluciones que se pueden aplicar son globales y tienen que venir desde las instituciones internacionales. Por eso veo tan complicado pararles los pies. Al fin y al cabo, quien tiene el dinero manda: en eso consiste más o menos la "democracia occidental", y por eso el sistema ha resultado tan duradero y tan sólido: jamás ha amenazado el poder y los intereses de las élites económicas y financieras.

Luisamiñana dijo...

De superficial nada, querido Carlos. Cuando yo hablaba de obvio, me refería al hecho de que todos somos conscientes de que el poder está en el dinero, tal cual. Pero muchas veces el mecanismo de cómo eso puede ser posible en este mundo de hoy se nos escapa a muchos: y eso lo has explicado muy bien. Si ahora lo ampliamos y encima con bibliografía, mejor. Aunque nos cueste el sueño, agg; pero hay que saber.

Espero que no te importe que suba ambos comentarios tuyos al post: me parecen que son precisos y que el post con ellos es mucho mejor.

Besos

Carlos Manzano dijo...

Todo lo contrario, Luisa, me siento enormemente halagado de que hayas incluido mis comentarios (realmente superficiales, no es falsa modestia, sobre todo porque la complejidad del asunto se escapa a mis limitados conocimientos de la materia) como parte del post, aunque no tengan valor académico. Pero lo que sí recomendaría sería el libro de Juan Torres López; hay en él muchas cosas que ya sabemos, pero creo que tiene la habilidad de encajarlo todo en una visión muy completa y bastante profunda de lo que verdaderamente significa este capitalismo financiero (capitalismo de casino, se le ha llamado también) que nos ahoga y nos asfixia. Estamos en sus manos, en las manos de los poderes económicos y financieros quiero decir, pero al menos no nos dejemos engañar.
Gracias de nuevo.