Cárdenas, maltratadas por la música,
las voces -atrapadas en la danza
geométrica de los cigarrillos.
Qué lascivia: el humo arrastrándose
de mesa en mesa, fantástico animal.
Afuera la avenida sobre la niebla escupe
serpientes amarillas. El temor
ha vencido, va llenando insolente
nuestros vasos vacíos.
Y poco a poco el paquete agotado
de tabaco se convierte en una obsesión.
Para MM, que lo está consiguiendo.
El texto evoca viejos tiempos y la fotografía me parece tan bella como inquietante. Es de Graham Jeffery, un fotógrafo inglés que muestra en su fotoblog unas imágenes muy especiales, hermosas ciertamente, creo que muy trabajadas. En concreto ésta que pongo está dentro de una serie sobre el humo del tabaco y cuya factura explica el propio autor.
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