viernes, 23 de marzo de 2007

Poetizando - 33: La ley del tiempo




Fernando, que siempre sabe lo que hay que decir, me regala este hermoso poema, que me quedo, claro. Tomo prestada además esta fotografía de Miguel Angel Latorre, porque las imágenes de Miguel Angel siempre se entienden muy bien con las palabras de Fernando, y porque lo que cuenta me recuerda el paisaje del que disfrutamos durante un tiempo y al que sigo amando mucho por varias razones.


Aunque todo lo que tenemos es quebradizo
y anda sujeto a la ley perecedera del tiempo,
no hay rincón en nuestra casa
que no posea el pequeño murmullo de la dicha.
Conclave de luz,
se cierne la noche con su velo
y un aroma a flores silvestres nos delata,
las huellas del amor y del deseo
recorren nuestro cuarto
y entregados al silencio contenido
en el cuerpo a cuerpo
no hay mejor caricia
que las que mis manos y las tuyas se prodigan.
¿Cuánto tiempo nos regalará la vida?
Quizás sólo el mañana,
una aurora plena y elevada
en el vuelo blanquecino de palomas.
Pero mientras tanto el ángaro perfecto
sigue quemando todas las soledades
que la ciudad nos ofrece.
Por si acaso,
ten siempre el corazón dispuesto,
para llegar a mi.
Sólo con tu ternura basta.


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