viernes, 14 de diciembre de 2007

Encuesta sobre la percepción social de la discapacidad



La asociación Discapacitados sin Fronteras ha realizado una encuesta acerca de los parámetros y valores con que la sociedad aragonesa percibe la discapacidad y sus condiciones. Los resultados de esa encuesta los da a conocer hoy el periódico Heraldo de Aragón y pego a continuación el texto allí aparecido. Sólo un comentario: respecto al primer párrafo: porque mientras el “primer sentimiento” de la gente ante la discapacidad sea el de tristeza, duelo o simple compasión (y no quiero con ello decir que la gente no tenga buenos sentimientos, es otro asunto), no estamos sino poniendo una barrera más para la integración. Es algo de lo que me doy cuenta diariamente. He aprendido a distinguir muy bien entre las miradas que se dirigen a Daniel desde la comprensión y la sim-patía, de las que lo hacen desde la compasión. Ya me perdonarán, pero no soporto el “¡pobrecillo!”.


Prefiero la solidaridad.



Sobre el resto de la noticia, creo que no hay nada más que comentar. Habla por si misma: aunque falta mucho, algo vamos avanzando, sí.



"Aunque casi todo el mundo es consciente de que la discapacidad es una realidad y de que aún queda mucho por hacer en lo que se refiere a políticas de empleo para este colectivo, la supresión de barreras arquitectónicas o el transporte público, el primer sentimiento de más de la mitad de la gente cuando conoce a un discapacitado es de tristeza, duelo o compasión.


Así lo muestra un estudio que ha sido elaborado por la Asociación Discapacitados sin Fronteras, y para el que se encuestó a 646 zaragozanos mayores de 16 años entre los pasados meses de abril y mayo.El informe buscaba concretar qué imagen social tienen las personas con discapacidad y, aunque las respuestas fueron muy diversas, quedó patente que hay una sensación que arrasa entre los zaragozanos.


El 95% de los encuestados aseguró estar "de acuerdo o muy de acuerdo" en que la Administración ayude a personas con discapacidad y a sus familias, pero un 77% de ellos valoró que los organismos públicos se implican "poco o nada" en brindar estas facilidades.La coordinadora técnica del estudio, la socióloga Elena Carrasco, y otra de las coordinadoras, Conchita Gálvez, destacaron ayer que el dato es negativo a pesar de que, en el momento en el que se hizo la encuesta, la sociedad estaba muy influenciada por la campaña electoral, en la que la Ley de la Dependencia tuvo un papel destacado. De hecho, solo un 17% de la gente manifestó que la implicación es "bastante o mucha".


Por otra parte, seis de cada diez zaragozanos valoraron que no se destinan a este sector de población (que supone el 10% del total), tantos recursos como a jóvenes, inmigrantes o personas mayores. ¿Por qué sucede esto? Los ciudadanos concretaron que había varias razones, como que los discapacitados "no interesan, no son rentables y no se les valora" (28,6%), o "son pocos y no protestan" (27,6%). Además, un 5,7% estimó que sucede "por intereses políticos o de la Administración".Como soluciones, los encuestados marcaron el empleo, las barreras arquitectónicas, la vivienda y el transporte como los sectores en los que hay que mejorar para brindar a los afectados una mejor calidad de vida e integración.



Realidad cercana



Ya al margen de los aspectos que tienen que ver con la Administración, el 86% de las personas aseguraron conocer a alguien con discapacidad. En más del 50% de los casos, la relación que mantenían era de amistad, y casi todo el mundo defendió la integración.No obstante, seis de cada diez encuestados afirmaron creer que la discapacidad condiciona la vida de las personas que la padecen que, dependiendo del grado de limitación, tienen que adaptarse a las situaciones. Por ejemplo, el 23,6% de los encuestados piensan que un discapacitado no puede vivir solo, y un 8,2% asegura que "la sociedad no está preparada".


Estos datos sostienen un pensamiento que, según las autoras del estudio, está cada vez más presente, el de que "se diluye socialmente la línea que separa discapacidad y dependencia".

Elena Carrasco defendió la importancia de que se fomente el empleo entre este colectivo, ya que "no se cubren las plazas reservadas, y quien no tiene trabajo, nunca tendrá autonomía"."

12 comentarios:

Lamia dijo...

Siempre que tardo un poco en venir a verte me sorprende lo prolífica que llegas a ser. Me da pena perderme algunos de tus posts. Voy a intentar ponerme al día este fin de semana.

Luisamiñana dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Luisamiñana dijo...

Va por temporadas. A veces ando perezosa (mentalmente hablando, que es peor); otras las cosas van surgiendo. Pero lo cierto, Lamia, es que me gusta esto del blog, ja, ja, ja

Buen fin de semana. Descansa sobre todo, no te pongas obligaciones. Muas.

entrenomadas dijo...

Estupendo post, Luisa.
Le he dicho a mi compa que me dejará en paz un rato para poder leer tranquila tu post.
Necesito volver a leerlo otra vez.
Sí y lo recomiendo, sin duda.

Besos, te aprecio un montón

Anónimo dijo...

Si Luisa, que doloroso es sentirse observado con compasión (aunque no sea de forma malintencionada; no se trata de eso). También lo es darte cuenta de que las miradas son curiosas, "cotillas"..de gran sorpresa; ("¿todavía quedan..?").
Estoy contigo en que estas actitudes son la primera barrera contra la verdadera integración pero me parece que, lentamente, la cosa va cambiando.
Es importante aquí, creo, nuestra actitud de cara a mostrar sin tapujos como es la vida en el entorno de cualquier discapacitado: tu y yo sabemos que muchos se sorprenderían al comprobar que, en cierto sentido, no pasa nada. Se come, se ríe, se llora...como cualquiera. El mundo sigue caminando, y nosotros con él. Como todos. Desdramatizar, poner las cosas en su medida y su sitio. Información.
Y me parece muy interesante (y cierta) la conclusión que parece subyacer: el mejor paso para la integración es facilitar la autonomía del discapacitado. Su independencia, en el grado que sea posible de acuerdo con cada uno, es un derecho y un arma estupenda para eliminar esa dolorosa compasión. Ser lo que se es:uno más.
Al menos "el resto" se da cuenta de que es necesario.
Besos jefa.

Luisamiñana dijo...

Marta, muchas gracias por ese aprecio. No tengo que decirte que es recíproco.
Qué bien que te gusta el post, pero el mérito es de Discapacitados sin fronteras y de la periodista que traslada la noticia al periódico. Yo, en esta ocasión, soy mera transmisora. Muchas cosas interesantes se dicen, sí.

Besos y besos.

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Lo has explicado requetebién, Mima. Poco puedo añadir a tu reflexión. La comparto enteramente.
Y de jefa, nada, que te encorro... Tú, con todo lo que peleas si que eres una chef de altos vuelos.

Mil besos.

ybris dijo...

Está claro que queda mucho por hacer. Y es imprescindible que todos lo asumamos como tarea de todos. Es injusto dejar sólo en manos de los afectados directamente el peso de integrar a los menos capacitados
Porque, por supuesto no es cuestión de lástima sino de justicia.

Besos

39escalones dijo...

Pues sí, supongo que para algunas personas determinadas reacciones ante la discapacidad son naturales. El primer problema creo que lo proporciona el lenguaje: es muy difícil integrar con total normalidad a los discapacitados y que a su vez no despierten la compasión del personal cuando en nuestro propio idioma falta una palabra específica que los defina sin que contenga matices de ausencia de algo o falta de lo otro: minus-válidos, dis-capacitados, in-válidos, etc.
Yo he dado clases en grupos en que coincidían alumnos discapacitados con los que, en apariencia, no lo son, y me he dado cuenta de las cosas que menciona el post. Pero también me he dado cuenta que tras un mes de curso ya no hay discapacidad que valga, todo el mundo es igual, no hay compasión ni diferencias. Es una gran satisfacción ver cómo eso cambia cada día, aunque probablemente todo el mundo lo olvida tras el último día de clase.
Buen post.
Besos.

Magda Díaz Morales dijo...

Lo que dice Alfredo es muy interesante y real: "cuando en nuestro propio idioma falta una palabra específica que los defina sin que contenga matices de ausencia de algo o falta de lo otro".

Creo que la compasión en las personas viene sin que éstas estén conscientes de que no hace bien a nadie que la tengan y la expresen en consecuencia, es mucho mejor la solidaridad, por supuesto. Las campañas sobre este tema puede ayudar mucho para cambiar estos parámetros y valores con que las sociedades en el mundo perciben la discapacidad y sus condiciones.

Ojalá aprendiéramos más a pensar.

Un abrazo, Luisa.
Magda

Luisamiñana dijo...

De justicia, exactamente, Ybris. Un beso.

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Esa experiencia, Escalones, es justamente la que demuestra que el conocimiento y la convivencia es lo que hace posible la integración, lógicamente. Por eso es necesaria la mayor autonomía posible para las personas con diversidad funcional: fíjate que perífrasis hay que utilizar para evitar los términos que indican deficiencia: lo que tú dices.

Besos.

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La com-pasión no me molesta; sí la compasión que se expresa desde una situación de extrañesa y muchas veces de acomodada superioridad. Tienes mucha razón en lo que dices, Magda. Y también, como Alfredo, en lo del lenguaje. Que no sucede sólo en castellano: handicapped, disabled, etc. Es complicado.

Un beso.

Anónimo dijo...

les podemos decir personas en situacion de discapacidad...es lo que sugiere la CIF en el 2001, pues es solo la ultima vez que me he enterado que ha dado otro paso en la evolucion de este concepto..si quieren echenle una leidita a la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud

Integración de discapacitados dijo...

Sentirse triste o tener compasión no ayuda a éstas personas. Hay que movérse y hacer algo por ellos. A mi me gustan mucho las iniciativas que lleva a cabo la Obra Social de la Caixa ya que pretenden ayudar a éstas personas a tener igualdad en el ámbito social y laboral. Todavía queda mucho por hacer, pero entre todos es posible.

Un saludo,
Lidia