martes, 10 de junio de 2008

Humus



Y reconocer después, a punto ya de atravesar el umbral
que da paso al tiempo de las pérdidas y las reconciliaciones,
que a todo límite corresponde un punto de luz, el inicio
de un nuevo camino, una palabra envenenada por el buen sentido,
una estrella que guíe por los desiertos del frío
los pasos sin destino de todos nuestros muertos,


y ello para aceptar que el saber consiste antes que nada
en soltar lastre, para aprender por fin que el infinito es blanco
y mudo como el vacío y que la sombra y el desconcierto
delimitan con sus nombres los márgenes del camino,
la extensión de este desierto y la mirada que lo atraviesa,
la memoria irredimible de todos los vencidos.




Este es un poema perteneciente al libro Humus, de Alfredo Saldaña, recientemente publicado en Eclipsados, la editorial de Nacho Escuín.

Saldaña maneja el lenguaje como los pintores la veladuras.

Es este un libro quieto y convulso. Quieto porque el ritmo reflexivo es el de quien se sienta a mirar y pensar y a ordenar, junto al mar, o junto a la ventana, convencido de que la orilla es el lugar. Convulso, porque tras la ordenación asoma la inevitable derrota, el estallido del precipicio. Aunque se trata de un estallido controlado, precisamente gracias a la técnica del lengujae poético: la técnica de la reflexión y el lenguaje poético parece salvar al hombre que miraba, ordenaba y sentía el vértigo. El lenguaje ayuda a asumirse como vencido irremediable, pues permite el reconocimiento.

Quedarse con lo esencial es el secreto de la supervivencia.

Humus crece desde una línea existencial y de raigambre existencialista, que reduce a innecesario lo que altera lo esencial.

Se puede o no estar de acuerdo. Pero, Humus es desde luego territorio fértil para el lector. Un libro absolutamente personal, que apuesta por la sobriedad y la elegancia en el tono, por el saber estar.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde luego, una ventana abierta a la orilla del mar tiene que ser el mejor sitio para mirar, pensar, y para lo que quieras.
Me gusta eso de que la sombra y el desconcierto delimitan con sus nombres los márgenes del camino.
Besos.
Rosa.

Isabel Mercadé dijo...

Luisa,
Me he colado en tu blog desde Apostillas. Gracias por descubrirme a este poeta. El resumen delicado y preciso de toda una filosofía de la existencia.
Si no te molesta, voy a enlazar tu blog al mío, asi me aseguro de hacerte visitas regulares.
Saludos afectuosos.

Luisamiñana dijo...

Rosa, el poema creo que tiene un lenguaje precioso y preciso, redimensiona muy bien su capacidad semántica. A mi me gustó mucho. Como el libro en general. Tengo que decir que en este momento en Zaragoza hay una buena pléyade de gente escribiendo buena poesía.

Supongo que estarás a punto de acabar los exámenes. Ánimo.

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Gracias, Bel, por venir y por supuesto que serás siempre bienvenida. Apostillas es un blog más que excelente, así que figurar por allí enlazada es una gran suerte. Pasaré por tu casa. Gracias de nuevo.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Gracias, ya queda menos:
me quedan tres (finales).
El 2 de julio es el último, pero como los finales están más separados y están más "frescos" en la memoria (de haberlos estudiado ya) pues últimamente voy más relajada. Ya se empieza a saborear el verano.
Bss.
Rosa.

Antonio Cardiel dijo...

Saldaña, como el humus, escribe una poesía que genera vida a cada verso.
Un saludo, Luisa.

Luisamiñana dijo...

Último empujón, pues, ya, Rosa. Por aquí el tiempo meteorológco se empeña en retrasar la sensación de verano: agua y agua y agua y temperaturas más bien fresquitas. Yo creo que nunca había visto tanto verdín por estos lares normalmente bastantes desérticos.


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Sí, Antonio, el título está muy bien elegido y concebido: esa es la sensación que producen los poemas.

albalpha dijo...

que la sombra y el desconcierto
delimitan con sus nombres los márgenes del camino,...

A mí también me ha gustado y es cierto nos cuesta quitar la mirada de los márgenes.

Un beso

ybris dijo...

Por mi retraso en leerte no tengo ese libro hoy en mus manos.
Si lo hubiera hecho...
Ya sabes. Varias cosas se me quedaron en el tintero.
Fernando lo sabe.

Un beso.

Luisamiñana dijo...

Alba, los márgenes son vitales, creo. Es un poema que se asienta en ellos para crecer, ¿no?
Un beso.

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Ya me han contado, Ybris. Si lo llego a saber... Hubo alguien sometido a un interrogatorio exhaustivo por mi parte, ja ,ja. Procuraremos que el tintero se llene. Humus te encantará, lo sé.
Un beso.