Embrujada, serie norteamericana de los años 60. Parte del primer episodio
Hay mucha gente en Internet recuperando y revitalizando antiguas series de tv. Algunos lo hacen con auténtica dedicación y apasionamiento. Se está convirtiendo sin duda en una disciplina en el intercambio horizontal de conocimiento que es la Red (de redes). Mucha gente aporta opiniones sobre las series (preferidas o no). Una buena parte de esos comentarios son de carácter eminentemente personal. Lo que quiere decir que las series de televisión están perfectamente asociadas al espectro de vivencias de muchos ciudadanos.
Embrujada es un ejemplo de ello para mi misma. Está profundamente incluida en mis recuerdos infantiles. La veía sin perderme un capítulo, la incorporaba a mis juegos, a mis ensoñaciones. Embrujada era una serie fantástica porque contaba historias normales y anodinas, aunque norteamericanas -que para los niños de mi generación ya eran bastante extraordinarias- y además introducía cada dos por tres en esa realidad sosa de una familia media estadounidense episodios de magia y fantasía, que siempre terminaban por colaborar en hacer mejor la dicha sosa realidad.
Era en realidad una serie de concepto muy moderno, muy sci-fi incluso, pues la magia de Samantha, su madre, Endora, sus hijos, o todos los brujos familiares y amigos de la protagonista conseguía de desarrollar habilidades como la bilocación, el viaje en el tiempo, la marcha atrás en el mismo para rectificar el desarrollo de los acontecimientos o sus consecuencias, la capacidad de hacer cambiar la forma de pensar de otra persona, o la posibilidad de conseguir ¡ cualquier cosa (objeto o acción) con un simple golpe de nariz o chasquido de dedos, como mucho con un conjurillo!
Reconozco que intenté muchas veces que mi nariz funcionara como la de Samantha. Pero sólo lo conseguí algunas.
p.d. necesitaba un poco de diversión, después de los textos de Shálamov :)
3 comentarios:
Si esta serie me hubiera cogido en mis "tiempos mozos", me habría convertido en fanática suya, seguro. En lugar de eso, mi serie de brujas infantil fue "Sabrina", aunque por lo que sé de ésta, no se pueden comparar... ¿quién no ha querido hacer magia de niña? De hecho, yo sigo deseando una nariz como la de Samantha o una varita como la de Harry Potter, que es el mago de las últimas generaciones... será que todos necesitamos crecer con un mago o una bruja a nuestro lado.
Besos.
Rosa.
Esa nariz... sería más que estupendo, síiiii....
Besos.
Anda que no le iba a sacar yo chispas a esa nariz en este momento..
La serie era deliciosa, claro que sí.¡Ay, que tiempos!
Publicar un comentario