Paseó su mano como una culebra por el cuello blanco de la estatua.
Sobre la nuca desolada ancló temblando sus labios y le pidió dos cosas:
protégeme del frío y deja que te ame
eternamente.
El vigilante miraba el monitor y no se movió.
Este poema se titula "Museos". Pertenece a Las esquinas de la Luna, ya sabeis, el libro (editorial Eclipsados) que presentamos el martes, 16 de enero, a las 20 horas en la FNAC-Plaza de España (Zaragoza). Bueno, que lo pone ya aquí a la derecha y ya vale de repertirlo, ufff.
Reproduzco "Museos" porque es el poema que eligió mi amiga Rosalía para anunciar Las esquinas... en su blog -recomendación- sobre viajes y más cosas que ella sabe (Mis viajes: desde Zaragoza a la Luna, que se llama, oye)
Y como es posible que no alcancé en unos días a actualizar el blog -la vida y la literatura se ponen un poco exigentes-, espero que el poema compense algo a quienes generosamente venis por aquí.
11 comentarios:
Es uno de mis favoritos junto a "Hélices".
Besos.
Espléndido aperitivo.
Nos vemos allí. Besos.
Que todo vaya genial preciosa, lo mereces.
Estupendo, a ver si puedo conseguir este libro, y el de Los Guionistas, que me he quedado con la intriga.
Besos y que vaya todo muy bien (seguro que sí).
Rosa.
Yo aún no puedo elegir, pero mañana lo soluciono;-)
No faltaremos.
Saludos.
Cómo para la vida para los lectores, querida Luisa, cómo la paras.
Un abrazo súper, ya sabes de esos que luego en directo no soy capaz de dar.
Muchas gracias a todos. Voy de cráneo y un poco "así". Por lo que aún agradezco más que estéis por aquí: reconforta. Besos.
Querida... ni una inoportuna "maladie" va a impedir que esta tarde este contigo. Espero que todavía queden ejemplares cuando llegue.
Besos por si luego no puedo dártelos. Habrá mucha gente y ya me conoces....
Me encantan "A esa actriz no le alimenta el público" y "La modelo habla por teléfono con el fotógrafo". Y, por supuesto, los tres poemas que leíste, espectaculares. Un besazo, guapa.
Eran poco más de las cuatro de la mañana cuando leía este poema en el hotel, a pocas horas de regresar a Madrid, con el que me hundía como en un juego de barcos después de haber sido tocado repetidas veces por impactos anteriores.
Volví a empezar y, entonces sí, me lo bebí con ritmo y con el impudor de quien sabe que no se había fiado en vano.
Hoy, ya aquí, ya va la cuarta vez que lo leo y no acierto casi a dejarlo ni siquiera para dejártelo dicho aquí y para seguir comentando a otros amables lectores de mis páginas.
Espero que todo se te vaya solucionando y puedas salir pronto de la presión que ahora te agobia.
Besos grandes enormemente agradecidos (De Pilar también, por supuesto).
Roberto: en el post siguiente acabo de dejarte unas palabritas. Muas.
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Ybris, aprecio en lo que vale tu juicio de lector exigente y buen catador. Lo aprecio muchísimo. Y el esfuerzo tuyo y de Pilar por acompañarnos en cuanto podéis por estas tierras también, claro. Un día nos tenemos que tomar esos encuentros con más calma, con más tiempo. Besos a los dos.
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