"Observándola, Ransom se dijo que por más aislado que estuviera un hombre, las mujeres lo acompañarían siempre, mientras que el aislamiento de una mujer era absoluto" (J.G. Ballard, La Sequía)
Ballard habla de aislamiento... y de compañía..., no exactamente de soledad (la de todos, creo, esa sí seguramente no tiene sexo, pero el aíslamiento y la capacidad de acompañar, me temo que quizás sí...)
Veo poco la televisión, aunque a veces me tumbo un rato en el sofá y voy cambiando canales.
El domingo vi a una actriz que andará ya por los sesenta, con la piel estirada y kilos de maquillaje. "Estás estupenda", le decían todos. Un periodista joven, un poco bobo, cometió un error: "para la edad que tienes...". Ella montó en cólera: "a mí ese tema de la edad me aburre mucho ya".
Estuvo dando lecciones acerca de cómo llevar nuestras vidas: que si la mujer hoy en día es libre, que si los hombres son unos cobardes, que si sola se está mejor, que si el sexo menopáusico da más placer, que si cuando no hay una verga a mano llama por teléfono y paga.
A mí esta mujer nunca me ha caído muy bien, aunque ahora ya lo que me da es asco. Medio siglo de feminismo pueblerino, de dar mala vida a quien está a su lado, 50 años teorizando sobre el fregado de platos, la postura del misionero o los sueldos en las oficinas. A mí esto sí que me aburre. Me aburre como el discurso de un político. La vejez, la enfermedad, la muerte se acerca y ella sigue teorizando, estirándose la piel y creyéndose que "está estupenda". Está hecha una mierda la vieja lagartija reseca.
Lamia, esta vez las palabras son de Ballard, y he copiado una frase que me dejó un tanto clavada en mi sofá mientras leía la novela el otro día. Hay algo telúrico en ella, más allá de las meras convenciones sociales de uno u otro signo, que como dice Ybris (aunque tal vez con otro sentido en su caso, creo adivinar) acecha desde dentro.
Ese sentido telúrico (y perdón por la cierta pedantería de la expresión) es el que más interesa, Estels. Más que todas las fórmulas ya manidas, como dices, del feminismo mal orientado. Aunque de lo que hablas en tu comentario (la postura y pretensiones de esta actriz) no es precisamente ni feminismo ni sentido telúrico de la existencia. Es simplemente una forma un tanto tonta de no aceptar que el tiempo no transcurre en balde, hagamos lo que hagamos. Tendemos en esta sociedad nuestra a banalizar incluso algo tan serio y transcendental para cada persona como es asumir su deterioro y su final. La novela de Ballard es mucho mas que éso. Y en ese sentido, la figura de una mujer sola luchando contra la absoluta sequía, aceptando el absoluto aislamiento de un paisaje desolador creo que tiene la altura de las tragedias clásicas. Creo que Ballard alude a la terrenalidad de alguna manera diferente entre uno y otro sexo. No es nada concreto. Creo.
6 comentarios:
la soledadno tiene sexo...bs.
Ballard habla de aislamiento... y de compañía..., no exactamente de soledad (la de todos, creo, esa sí seguramente no tiene sexo, pero el aíslamiento y la capacidad de acompañar, me temo que quizás sí...)
Bss
Luisa, siempre pones palabras a mis pensamientos... Un beso. Disfrutad del puerto.
Veo poco la televisión, aunque a veces me tumbo un rato en el sofá y voy cambiando canales.
El domingo vi a una actriz que andará ya por los sesenta, con la piel estirada y kilos de maquillaje. "Estás estupenda", le decían todos. Un periodista joven, un poco bobo, cometió un error: "para la edad que tienes...". Ella montó en cólera: "a mí ese tema de la edad me aburre mucho ya".
Estuvo dando lecciones acerca de cómo llevar nuestras vidas: que si la mujer hoy en día es libre, que si los hombres son unos cobardes, que si sola se está mejor, que si el sexo menopáusico da más placer, que si cuando no hay una verga a mano llama por teléfono y paga.
A mí esta mujer nunca me ha caído muy bien, aunque ahora ya lo que me da es asco. Medio siglo de feminismo pueblerino, de dar mala vida a quien está a su lado, 50 años teorizando sobre el fregado de platos, la postura del misionero o los sueldos en las oficinas. A mí esto sí que me aburre. Me aburre como el discurso de un político. La vejez, la enfermedad, la muerte se acerca y ella sigue teorizando, estirándose la piel y creyéndose que "está estupenda". Está hecha una mierda la vieja lagartija reseca.
Suena redonda la frase en donde no es es lo mismo el aislamiento de unas que el de otros.
Mirando hacia dentro mientras se lee, la respuesta acecha.
Besos.
Lamia, esta vez las palabras son de Ballard, y he copiado una frase que me dejó un tanto clavada en mi sofá mientras leía la novela el otro día. Hay algo telúrico en ella, más allá de las meras convenciones sociales de uno u otro signo, que como dice Ybris (aunque tal vez con otro sentido en su caso, creo adivinar) acecha desde dentro.
Ese sentido telúrico (y perdón por la cierta pedantería de la expresión) es el que más interesa, Estels. Más que todas las fórmulas ya manidas, como dices, del feminismo mal orientado. Aunque de lo que hablas en tu comentario (la postura y pretensiones de esta actriz) no es precisamente ni feminismo ni sentido telúrico de la existencia. Es simplemente una forma un tanto tonta de no aceptar que el tiempo no transcurre en balde, hagamos lo que hagamos. Tendemos en esta sociedad nuestra a banalizar incluso algo tan serio y transcendental para cada persona como es asumir su deterioro y su final.
La novela de Ballard es mucho mas que éso. Y en ese sentido, la figura de una mujer sola luchando contra la absoluta sequía, aceptando el absoluto aislamiento de un paisaje desolador creo que tiene la altura de las tragedias clásicas. Creo que Ballard alude a la terrenalidad de alguna manera diferente entre uno y otro sexo. No es nada concreto. Creo.
Feliz fin de verano a todos, queridos.
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