martes, 6 de enero de 2009

Filosofía de la minucia, de J. Jorge Sánchez




EL CAPITAL - Karl Marx



En ocasiones los versos cruzan mis labios

mientras espero que le quiten la piel al lenguado

y le extraigan la espina dorsal;

mientras ls manzanas van depositándose en la bolsa

para ser calibradas;

mientras acomodo los huevos en el carro de la compra

buscándoles esa posición que garantice su supervivencia.

Cruzan mis labios con premura,

carentes de ritmo y sonoridad, de sentido,

y se pierden porque no tengo dónde apuntarlos

porque no tengo armas para obligarles a frenar.

Se pierden aunque intente repetirlos

y acelere el paso y desestime los comentarios de los tenderos.

Se pierden.

Se pierden incluso en casa,

mientras estoy fregando los platos

creyendo que la espuma del lavavajillas es hermana de la del mar;

mientras baño a la cría

y al aclarar su cabello enjabonado me acerque a la ducha tras la playa;

mientras recojo los platos de la cena

como si de un piscolabis nocturno en jardín veraniego se tratara.

Se pierden porque nunca termina de llegar

ese acontecimiento propicio que interrumpiría

la cadena de tareas que se ligan fervorosamente.

Qué no daría por disponer del tiempo suficiente

para solidifcar los ríos de palabras.

Qué no daría por poder envolverme

en cuartillas y escribir y reescribir.

Qué no daría porque la plusvalía

que me adelgaza el alma

fuera pura batalla de la lengua.



Daría cualquier cosa por mi fetiche aterciopelado.




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Sonia Fides manda a través de Marta Navarro este libro: Filosofía de la minucia, de J. Jorge Sánchez (Bartleby Editores). Lo manda como un regalo, que lo es.

Copio el poema que habéis leído, tan elocuente, y también copio a continuación un breve fragmento del prólogo que ha escrito para este libro Manuel Fuentes Vázquez:

"Filosofía de la minucia, título que inevitablemente evoca la Filosofía de la miseria de Proudhon, funda la voz de una mujer desposeída y rota que se afianza inestablemente en la batalla del lenguaje, en los fragmentos de la conciencia que unifica el proceso de la escritura. ´Considerar la imaginación como metafísica -afirma Wallace Stevens- es pensar que constituye una parte de la vida, y pensar que constituye una parte de la vida es comprender una parte del artificio. Vivimos en la mente´".

---- Sé que el libro ha sido muy bien acogido y ha merecido unas cuantas reseñas elogiosas. No he terminado su lectura. Pero sin duda es un libro valiente y arriesgado. Eso de principio siempre me gusta.

Coda (muy personal): la voz y el tono del poema me parecen especialmente adecuados y ajustados, me parecen cuajados. Pero no puedo evitar pensar que si la voz textual que habla fuera la de un hombre habríamos ganado infinidad de sugestiones y sugerencias nuevas.




2 comentarios:

ybris dijo...

Pues gracias a las tres.
La verdad es que el poema me ha gustado.

Besos.

albalpha dijo...

Qué no daría...

Ellos también andan enredados.

Un beso a las tres

Alba