El pasado día 24, comenzando la noche, se fue Rolando Mix. Sin anunciarse.
A Rolando le conocía y le trataba mucha gente en esta ciudad. Yo, aunque no le conocí demasiado le aprecié de veras, y creo que es además justo reconocer la gran capacidad de trabajo, la elegancia, la amabilidad personal de este chileno afincado en Zaragoza. No pude asistir a la ceremonia de despedida que reunió a un montón de amigos el sábado por la mañana. Por eso convierto este post en un gesto sumado a esa despedida y recupero un texto que preparé para la presentación (aún no hace un año) del CD Tu sello es ser mujer, con poemas de Rolando Mix y música de Jorge Berges
"Rolando Mix ha tenido la ocurrencia, que en su caso es más bien gentileza, de invitarme a presentar este hermoso CD de poesía y música, las dos disciplinas artísticas hermanas por naturaleza, puesto que comparten matriz dentro del ritmo como una forma más de comunicación, más allá del lenguaje incluso. Al hermanamiento de las disciplinas se une, en este CD (Tu sello es ser mujer) el de los dos artistas que en él intervienen: el poeta Rolando Mix y el músico Jorge Berges. Ayuda también, y mucho creo yo, la imagen de la portada, de Tomás Roures: un grabado precioso, de tono casi simbolista, evocador en alto grado.
Yo agradezco en lo que vale la invitación y deferencia de Rolando a este acto, porque él atesora una larga y fructífera trayectoria como creador y agitador cultural, como hombre que ha experimentado sucesos que forman ya parte de la historia. Creo que esa trayectoria y la persona de Rolando merecen todo nuestro reconocimiento, nuestro respeto y el agradecimiento especial de cuantos amamos la literatura, el arte, la libertad y a quienes nos gusta estar entre la buena gente.
Por eso, y aunque no sería seguramente necesario hacerlo, pues la biografía personal y literaria de Rolando Mix es suficientemente pública y conocida, me gustaría reseñar algunas circunstancias que han ayudado especialmente a que todos le veamos como un hombre muy próximo a nosotros.
El ha contado alguna vez que su vocación poética es innata, irremediable, y lo ha dicho no con estas palabras que son mías ahora, sino de una forma mucho más cercana y real. Rolando cuenta muy bien cómo en el colegio, cuando apenas tenía nueve años, su maestro le ponía delante de la clase y le animaba a recitar para todos. Y él de forma, sí, innata, casi instintiva, podía hilvanar decenas y decenas de versos bien ritmados: me tenían al final que parar, apostilla Rolando, divertido, cuando cuenta el episodio. Supongo que esto debió suceder en su lugar natal de Pozo Almonte, en la provincia de Tamarugal, al norte de Chile. Un lugar de estirpe salitrera. Como la cantada Iquique.
Rolando y Juanita, su compañera, me contaron el otro día, con renovada emoción, su asistencia a las conmemoraciones por los cien años de los acontecimientos desgraciados de Iquique. Yo no puedo olvidar que en este país la generación a la que la misma Juanita o yo pertenecemos estrenamos nuestros primeros pasos responsables en la vida al son de epopeyas como la de Iquique, a la sombra de poetas como Pablo Neruda, Nicanor Parra, Violeta Parra. Con todos ellos y con otros, quizás para nosotros menos conocidos como Enrique Lihn, Waldo Rojas y Oscar Hahn, compartió Rolando Mix en su país no sólo generación literaria y actividades culturales, sino igualmente inquietudes sociales, esperanzas de libertad. Y también el dolor.
Cuando Rolando Mix tiene que marchar de Chile, tras el sangriento derrocamiento de Allende, para cuyo gobierno trabajaba en ese momento en cuerpo y alma, cuando tiene que marchar, digo, perseguido por una orden de fusilamiento, deja atrás unos años absolutamente fructíferos en los que contribuye a la vida cultural de su país desde distintas actuaciones en librerías, distribuidoras de libros, sobre todo de perfil izquierdista, desde publicaciones como la famosísima Revista Orfeo de Poesía. Sacrificó la publicación de sus propios textos para que ello no pudiera poner sobre aviso a las autoridades en cuanto a su papel como agitador social y cultural.
Ese impulso vuelve claramente a resurgir en su etapa aragonesa, después de los diez años de residencia en la República Democrática Alemana, a donde llego tras partir de Chile. Aquí, en Zaragoza, además de publicar cuatro libros y figurar en un buen número de antologías, ha hecho tantas y tantas intervenciones en radio (sobre todo en Radio Nacional), conferencias, recitales, espectáculos poéticos en Zaragoza y fuera de la ciudad y de Aragón, etc, que enumerarlas me llevaría todo el tiempo de que disponemos para todo el evento y se me quedaría corto todavía. Me dijeron que tengo cinco minutos. Debo casi de haberlos agotado y aún no he hablado de este CD “Tu sello es ser mujer”.
El CD es el motivo por el cual hoy estamos todos aquí, junto a Rolando y a Jorge Berges, sus autores e intérpretes. Tampoco he hablado todavía de Jorge Berges, el músico, el amigo. Y me gustaría contaros que, si a los nueve años Rolando recitaba poemas improvisados en ritmo de infinito, Jorge Berges a esa misma edad empezó a dominar la guitarra y a hacerla sonar a su manera, era ya intérprete. Jorge Berges es compositor de renombre internacional y músico con vocación de mezcla: ha trabajado junto a los grupos teatrales Tranvía Teatro, La Rueda Teatro o Me lo contó Buenos Aires. Ha trabajado con artistas como Manuel Monje, Sara Baras, Carmen París… De su discografía mencionaremos los CD “Mil Abrazos” , “Punto de fuga” “Memoria del Bolero”, “Moncayo Mágico”. Y ahora esta hermosura de disco en el que Jorge Berges es responsable de la música, arreglos y fondos para los textos de Rolando Mix.
Yo le pregunté el otro día a Rolando eso tan tópico que se pregunta siempre. Le pregunté qué había pretendido con el CD. Y el me dijo, así, sin más: el CD es sobre todo Juanita, es para Juanita. Bien, después de contar esto debería callarme ya. ¿Qué voy a decir ahora que tenga algo de sentido? El CD es Juanita… Y reconozco que cuando le oí a Rolando decirme eso me entró un poco de tembladera, lo reconozco. Porque sus palabras me parecieron hermosas y tan agradecidas como generosas. Y porque de forma paralela pensé en que me quedaba muy poco por añadir acerca del CD. El CD es Juanita. Vale.
En fin, últimamente no soy muy precavida, ni pienso demasiado lo que hago. Por eso voy a atreverme a comentar sólo dos o tres cosas sobre este CD de Juanita. A lo largo de esta semana lo he escuchado varias veces. En diferentes circunstancias: en el ordenador con los auriculares puestos, en el salón de casa, en el coche conduciendo. Me he repetido luego algunas de las sensaciones generadas en esas escuchas. Y me he dado cuenta de que las veces que más lo he disfrutado fueron las que lo oí en el coche: contra las grandes avenidas de la parte nueva de la ciudad, contra el cielo abierto junto al río, conduciendo hacia el atardecer. El CD es Juanita. Pero es también la naturaleza, la vida acumulada, el amor que se interna en cada circunstancia cotidiana, en cada sentimiento, en cada reflexión. Los poemas de Rolando ponen en constante comunicación lo individual y lo universal. No hay frontera. Pertenecen sin duda, creo yo, a la fructífera tradición telurizante (permítaseme el neologismo) de la poesía hispanoamericana de más hondo y largo recorrido. Esa poesía que hunde sus pies en la fuerza del magma subterráneo, y luego crece, se transforma, se adelgaza, resurge en cada forma de la naturaleza que se contagia de la emoción amorosa, y también en cada acto de la vida. En los poemas de este CD “Tu sello es ser mujer” oiremos hablar del amor, sí, del desierto, del tiempo pasado que reviene en el presente gracias a ese amor nuevo y consolidado, de olores, de luz, de lunas, del cuerpo como centro, del silencio, del sosiego, de la paz, del corazón que vive con aquellas razones que “sólo el corazón entiende”. Aunque yo creo que en estos poemas las razones son muchas, casi todo lo que vive. Y eso en estos poemas sucede así por aquella transposición que ya supieron los románticos clásicos: el amor como motor, el amor como movimiento de osmósis, de conocimiento.
Esto es así, creo yo. Pero este CD de Juanita es sobre todo también disfrute, belleza, armonía, entusiasmo y en buena parte, alegría. A mí me gusta mucho un poema cortito, descriptivo, leve por la maestría de su composición, precioso, que me he permitido transcribir y que, si no le molesta a Rolando, me gustaría leer para terminar:
Manifiesta su amor en voz alta
cantando,
le da aliento a su amor
besando,
acuna su amor entregándose entera:
cantando,
besando,
gozando"
Yo agradezco en lo que vale la invitación y deferencia de Rolando a este acto, porque él atesora una larga y fructífera trayectoria como creador y agitador cultural, como hombre que ha experimentado sucesos que forman ya parte de la historia. Creo que esa trayectoria y la persona de Rolando merecen todo nuestro reconocimiento, nuestro respeto y el agradecimiento especial de cuantos amamos la literatura, el arte, la libertad y a quienes nos gusta estar entre la buena gente.
Por eso, y aunque no sería seguramente necesario hacerlo, pues la biografía personal y literaria de Rolando Mix es suficientemente pública y conocida, me gustaría reseñar algunas circunstancias que han ayudado especialmente a que todos le veamos como un hombre muy próximo a nosotros.
El ha contado alguna vez que su vocación poética es innata, irremediable, y lo ha dicho no con estas palabras que son mías ahora, sino de una forma mucho más cercana y real. Rolando cuenta muy bien cómo en el colegio, cuando apenas tenía nueve años, su maestro le ponía delante de la clase y le animaba a recitar para todos. Y él de forma, sí, innata, casi instintiva, podía hilvanar decenas y decenas de versos bien ritmados: me tenían al final que parar, apostilla Rolando, divertido, cuando cuenta el episodio. Supongo que esto debió suceder en su lugar natal de Pozo Almonte, en la provincia de Tamarugal, al norte de Chile. Un lugar de estirpe salitrera. Como la cantada Iquique.
Rolando y Juanita, su compañera, me contaron el otro día, con renovada emoción, su asistencia a las conmemoraciones por los cien años de los acontecimientos desgraciados de Iquique. Yo no puedo olvidar que en este país la generación a la que la misma Juanita o yo pertenecemos estrenamos nuestros primeros pasos responsables en la vida al son de epopeyas como la de Iquique, a la sombra de poetas como Pablo Neruda, Nicanor Parra, Violeta Parra. Con todos ellos y con otros, quizás para nosotros menos conocidos como Enrique Lihn, Waldo Rojas y Oscar Hahn, compartió Rolando Mix en su país no sólo generación literaria y actividades culturales, sino igualmente inquietudes sociales, esperanzas de libertad. Y también el dolor.
Cuando Rolando Mix tiene que marchar de Chile, tras el sangriento derrocamiento de Allende, para cuyo gobierno trabajaba en ese momento en cuerpo y alma, cuando tiene que marchar, digo, perseguido por una orden de fusilamiento, deja atrás unos años absolutamente fructíferos en los que contribuye a la vida cultural de su país desde distintas actuaciones en librerías, distribuidoras de libros, sobre todo de perfil izquierdista, desde publicaciones como la famosísima Revista Orfeo de Poesía. Sacrificó la publicación de sus propios textos para que ello no pudiera poner sobre aviso a las autoridades en cuanto a su papel como agitador social y cultural.
Ese impulso vuelve claramente a resurgir en su etapa aragonesa, después de los diez años de residencia en la República Democrática Alemana, a donde llego tras partir de Chile. Aquí, en Zaragoza, además de publicar cuatro libros y figurar en un buen número de antologías, ha hecho tantas y tantas intervenciones en radio (sobre todo en Radio Nacional), conferencias, recitales, espectáculos poéticos en Zaragoza y fuera de la ciudad y de Aragón, etc, que enumerarlas me llevaría todo el tiempo de que disponemos para todo el evento y se me quedaría corto todavía. Me dijeron que tengo cinco minutos. Debo casi de haberlos agotado y aún no he hablado de este CD “Tu sello es ser mujer”.
El CD es el motivo por el cual hoy estamos todos aquí, junto a Rolando y a Jorge Berges, sus autores e intérpretes. Tampoco he hablado todavía de Jorge Berges, el músico, el amigo. Y me gustaría contaros que, si a los nueve años Rolando recitaba poemas improvisados en ritmo de infinito, Jorge Berges a esa misma edad empezó a dominar la guitarra y a hacerla sonar a su manera, era ya intérprete. Jorge Berges es compositor de renombre internacional y músico con vocación de mezcla: ha trabajado junto a los grupos teatrales Tranvía Teatro, La Rueda Teatro o Me lo contó Buenos Aires. Ha trabajado con artistas como Manuel Monje, Sara Baras, Carmen París… De su discografía mencionaremos los CD “Mil Abrazos” , “Punto de fuga” “Memoria del Bolero”, “Moncayo Mágico”. Y ahora esta hermosura de disco en el que Jorge Berges es responsable de la música, arreglos y fondos para los textos de Rolando Mix.
Yo le pregunté el otro día a Rolando eso tan tópico que se pregunta siempre. Le pregunté qué había pretendido con el CD. Y el me dijo, así, sin más: el CD es sobre todo Juanita, es para Juanita. Bien, después de contar esto debería callarme ya. ¿Qué voy a decir ahora que tenga algo de sentido? El CD es Juanita… Y reconozco que cuando le oí a Rolando decirme eso me entró un poco de tembladera, lo reconozco. Porque sus palabras me parecieron hermosas y tan agradecidas como generosas. Y porque de forma paralela pensé en que me quedaba muy poco por añadir acerca del CD. El CD es Juanita. Vale.
En fin, últimamente no soy muy precavida, ni pienso demasiado lo que hago. Por eso voy a atreverme a comentar sólo dos o tres cosas sobre este CD de Juanita. A lo largo de esta semana lo he escuchado varias veces. En diferentes circunstancias: en el ordenador con los auriculares puestos, en el salón de casa, en el coche conduciendo. Me he repetido luego algunas de las sensaciones generadas en esas escuchas. Y me he dado cuenta de que las veces que más lo he disfrutado fueron las que lo oí en el coche: contra las grandes avenidas de la parte nueva de la ciudad, contra el cielo abierto junto al río, conduciendo hacia el atardecer. El CD es Juanita. Pero es también la naturaleza, la vida acumulada, el amor que se interna en cada circunstancia cotidiana, en cada sentimiento, en cada reflexión. Los poemas de Rolando ponen en constante comunicación lo individual y lo universal. No hay frontera. Pertenecen sin duda, creo yo, a la fructífera tradición telurizante (permítaseme el neologismo) de la poesía hispanoamericana de más hondo y largo recorrido. Esa poesía que hunde sus pies en la fuerza del magma subterráneo, y luego crece, se transforma, se adelgaza, resurge en cada forma de la naturaleza que se contagia de la emoción amorosa, y también en cada acto de la vida. En los poemas de este CD “Tu sello es ser mujer” oiremos hablar del amor, sí, del desierto, del tiempo pasado que reviene en el presente gracias a ese amor nuevo y consolidado, de olores, de luz, de lunas, del cuerpo como centro, del silencio, del sosiego, de la paz, del corazón que vive con aquellas razones que “sólo el corazón entiende”. Aunque yo creo que en estos poemas las razones son muchas, casi todo lo que vive. Y eso en estos poemas sucede así por aquella transposición que ya supieron los románticos clásicos: el amor como motor, el amor como movimiento de osmósis, de conocimiento.
Esto es así, creo yo. Pero este CD de Juanita es sobre todo también disfrute, belleza, armonía, entusiasmo y en buena parte, alegría. A mí me gusta mucho un poema cortito, descriptivo, leve por la maestría de su composición, precioso, que me he permitido transcribir y que, si no le molesta a Rolando, me gustaría leer para terminar:
Manifiesta su amor en voz alta
cantando,
le da aliento a su amor
besando,
acuna su amor entregándose entera:
cantando,
besando,
gozando"
Un abrazo, Juanita.
2 comentarios:
Supe de su muerte.
No lo conocía pero basta tu escrito para apreciarlo.
Hay días en que las despedidas llegan muy adentro.
Besos.
Te hubieras llevado muy bien con él.
Un beso, amigo.
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