Cerrar el espacio.
Bloquear la puerta.
Establecer una nueva medida entre la pared y nosotros.
Volverse lento, muy lento, tres veces más lento.
Subir a lo alto para contemplar los vacíos, los pasillos, los abismos,
la medida bloqueada en la memoria de nuestra bárbara escritura.
El arte ha muerto y su sombra perdura como un bálsamo
sagrado para los enfermos.
Todo es blando y peligroso como en un diluvio.
Volverse lento, muy lento, tres veces más lento.
Lento como un diluvio. Lento como un sueño.
(París, 1990)
Jaume Plensa: Sombras y textos, 1990-2007. Galaxia Gutenberg, 2008
(Lecturas de estos días: Piglia, Burriel, Doce, Kropotkin -me ha llevado Piglia-, Gascón, y revistas, y Plensa, y Plensa: Plensa me ayuda a cuestionar, también a la respiración - en estos días tan agotadoramente abocados a la hiperactividad casi patológica - y no hablo de los demás)
