
domingo, 20 de septiembre de 2009
Flor

sábado, 23 de mayo de 2009
Resurreción


jueves, 15 de enero de 2009
Cómplices
La del escritor Manuel Vilas con su perro, el gran Golo, que ha muerto esta misma tarde. Posiblemente Golo fuera quien mejor conociera a Manuel Vilas, pues tal cosa es un don de los perros. Y por eso es justo que ahora Manuel Vilas le pida perdón a Golo, mientras Golo aprende a trotar en blandito. Un abrazo, uno para cada uno. Separarse duele si hay complicidad.
miércoles, 3 de diciembre de 2008
Augurios

lunes, 10 de noviembre de 2008
viernes, 22 de agosto de 2008
Agosto 22

He escrito este párrafo y nos hemos ido un rato a ver el mar. F.S. ha dicho que iba a llover. La tarde se ha encerrado, se ha puesto más gris que azul y finalmente nos hemos mojado. Tan mansos nosotros ante la lluvia como ante lo que no tiene más opción. La lluvia, lenta, nos ha calado lo justo. Cerca de la orilla del mar la gente que anda en bañador no teme mojarse. Los que caminábamos en ropa de calle nos hemos ido refugiando en los chiringuitos, bajo los árboles, dentro de los coches. A mi me gustan estos días de verano con lluvia. Como ahora, ya de noche, ya con tormenta, que llueve en el jardín a brochazos.
Esta tarde gris no me apetecía volver a casa –suele ocurrir al contrario, que no tenga ganas de salir, en tardes así. Conducir con lluvia, junto al mar, me gusta mucho. En el Cap de Salou hay un faro. Junto al faro un edificio de apartamentos de los que hoy sería imposible construir, pegado al roquedal de la costa. En ese edificio pasamos hace unos años un par de buenos veranos y unos cuantos días de soleado invierno mediterráneo. Recuerdo especialmente las luces de los barcos pesqueros brillando en medio del mar oscuro durante las madrugadas. Y recuerdo los mediodías de intensa luz. Imposible salir a la terraza sin las gafas del sol. A pesar de los toldos marineros. Después de mojarnos a orilla de la playa de Villafortuny, hemos ido al faro. Siempre querré regresar allí de vez en cuando. Es ya un territorio mítico, por lo dicho y por alguna razón más que prefiero reservarme. Ha vuelto a llover al salir del coche. La vegetación está más verde que nunca. Verde la falda de pinar que cubre las rocas hasta el mar. La mirada no alcanza el horizonte del mar desde el Cap de Salou.
En Cambrils la lluvia había organizado un pequeño caos en el parking que hasta hace un par de años fue el estupendo y carísimo Mercado del Pósito. No me gusta pensar que ese parking lleva visos de quedarse ahí por años. Afea muchísimo el lugar y tanto coche es un auténtico dolor entre calles estrechas. Yo nunca llego hasta allí con coche. He atravesado andando ese parking-plaza para acercarme a la librería Galatea. Hay dos librerías en el Puerto de Cambrils y siempre encuentro algo entre el montonazo previsible de best-sellers. Esta tarde en Galatea me he llevado cuatro libros, entre ellos los cuentos completos de Pere Calders, en catalán, un idioma que me gusta mucho y al que alguna cosa debo.
Por fin, de noche, la lluvia mansa se ha transformado en una tormenta. Por ahora es amable. Vuelvo a consultar en la prensa y en televisión, todo entremezclado como lo están ofreciendo los medios de comunicación, las noticias acerca del accidente aéreo de Barajas y las de las Olimpiadas. Es una extraña mezcla. Es un extraño mes, Agosto.
jueves, 17 de abril de 2008
El bolso de Mary Poppins
Esta temporada que se llevan los bolsos grandes he aprovechado y me he comprado unos cuantos. Para tener de reserva, cuando vuelvan a imponerse las carteras pequeñajas e inútiles.
Los bolsos grandes me gustan mucho. Por estética. Y por necesidad. Ahora normalmente llevo uno marrón, enorme, con muchas cremalleras y bolsillos, al que Chema Lera llama el “bolso de Mary Poppins”.
Se entenderá por qué.
Cosas que había en mi bolso esta mañana, cuando he salido de casa, camino del trabajo:
El monedero
Una carterita pequeña con el bonobús (que uso poquísimo) y papelines
Llaves (de casa, del coche)
Teléfono
MP4
Pen Driver
Un pequeño neceser: pastillas, pinturetas, dispensador de perfume
Gafas de sol
Tres paquetes de pañuelos de papel empezados
Un paquete de toallitas húmedas
Un paquete de toallitas para limpiar las gafas
Un paraguas plegable (amenazaba lluvia)
Dos libretas
Nocilla Experience (la novela de Fernández Mallo, no el bote de chocolate chocolateado con avellanas - aunque sea una novela con nube de etiquetas)
Unos cds grabados para Daniel (que me tengo que acordar de darle luego)
Unos DVDs del recital poético de FS
Una bolsita de frutos secos
Un mandarina
Una manzana
Un paquete de chicles
Y un par de botones grandes que compré ayer y no me he acordado de sacar del bolso
(ayer viaje además todo el día con un par de cartuchos de impresora que tengo que cambiar en la tienda y nunca puedo)
Me acabo de comer la mandarina y la manzana. Los frutos secos a medias. Lo demás sigue en el bolso, y seguro que volveré a casa con algo más, por lo menos con las fotocopias de la página del Periódico de Aragón donde hoy Daniel Torres Burriel dedica su columna al blog de Daniel.
jueves, 13 de marzo de 2008
¡Esto sí es una colección!

Foto: El País, publicada en el Ciberpaís de hoy
lunes, 10 de marzo de 2008
De la noche a la mañana

Yo ejerzo este derecho con convencimiento, porque soy consciente de dos cosas: que la democracia es una fórmula de convivencia basada en el voluntarismo y en la mutua y recíproca confianza entre los individuos y de que no quiero que a ninguno de los dirigentes políticos que temporalmente ocupan los puestos de poder que rige esa convivencia se les olvide nunca que soy yo quien les otorga ese poder. No es una ingenuidad. Las formas son importantes. Son las que ponen nombre a las cosas. Y las cosas tienden a ser como se llaman.
Anoche llegué tarde, ya de madrugada, a casa. Tuve que irme aprisa al Hospital Clínico de Zaragoza, donde el abuelo materno de mi sobrino Daniel pugna por seguir respirando. Por desgracia he pasado unas cuantas horas de mi vida en hospitales, acompañando y cuidando a gente que quiero. Nunca se está preparado, maldita sea.
Justamente antes de recibir la llamada que me hizo salir pitando en un taxi, había asistido, junto a unos puñados de amigos y conocidos, a la primera sesión de Poesía para perdidos. Se trata de un ciclo de encuentros poéticos y musicales que, con el auspicio de la Asociación Aragonesa de Escritores, se va a llevar a cabo en La Campana de los Perdidos, un local zaragozano de larga y enjundiosa raigambre en el panorama cultural y nocturno de la ciudad. Abrió ayer el ciclo Octavio Gómez Milián, con Pablo Malatesta a la guitarra, y le acompañaron en el escenario algunos amigos: Miguel Angel Ortiz Albero, Nacho Tajahuerce y Ana Muñoz. El poeta Fernando Sarría ha colgado algunas fotos de Javier Torres y Ana Muñoz en su blog El error de las hormigas . Manuel Martínez Forega, también poeta, hace una crónica muy vibrante en el suy. Y Ana Muñoz, poeta y musa y fotógrafa experimentadora, invitada de honor en la escena de la Campana, otra estilosísima.
Quería yo a mi vez haber contado por extenso el ambiente de este primer recitativo y algunas razones que hacen necesaria la celebración de este tipo de actividades dinamizadoras, que brindan la posibilidad de exponer en vivo al público el esfuerzo creador de los poetas. Pero la vida me ha llenado la cabeza de otras urgencias, para las que muchas veces no me sirve la literatura.
miércoles, 5 de marzo de 2008
La sombra de España será alargada

Ayer por la tarde hacía demasiado viento para permanecer largo rato en la playa. Así que luego me fui a dar una vuelta por el pueblo, básicamente a hacer algunos recados. Entré en la librería Galatea, por la que me gusta merodear un rato siempre que voy a Cambrils. Y allí, en primera fila de novedades encontré la última novela de David Trueba, “Saber perder”, que aún no he leído, no, pero a cuya presentación “mundial”, como dijo el propio Trueba, asistí el lunes pasado en Zaragoza, en otra de mis librerías-trampa, Los Portadores de Sueños.
Las presentaciones de libros tienen mala fama. Pero lo cierto es que muchas de ellas son simplemente un lugar de encuentro de amigos, de intercambio de pareceres, de historias, de chismes también, sí; son excusa para pasar un buen rato durante y después de la ceremonia. La de “Saber perder” fue bastante especial. Oficiaron, junto a David Trueba, Luis Alegre, Daniel Gascón y Pep Guardiola, que hablaron de todo lo divino y lo humano que se les ocurrió: del libro, claro, aunque tampoco mucho, de famosos, de Andy García, de la inmigración, de fútbol, de Barcelona, de Zaragoza… La parte erudita la encontramos en la reseña que Daniel Gascón había publicado el jueves en el suplemento Artes y Letras del Heraldo de Aragón y que se puede leer en su blog. Por cierto, la caña en el Café Zaragoza de la Plaza de España se está convirtiendo en una costumbre para algunos.
En Galatea compré “Ferry de octubre a Gabriola”, de Malcolm Lowry, un autor al que admiro en profundidad, seguramente porque nunca le importó perder pie. Pero no es esa la novela que he empezado a leer en Cambrils. En Cambrils he comenzado “Níquel” de Ferrer Lerín, que tenía pendiente y que se abre así: “Febrero, 1960. Joseph, La Muerte, camina por el oscuro, frío y húmedo pasillo que de la sala de disección conduce a la plataforma. La colilla en los labios, gafas con cristales de culo de vaso, interminable bata que debió de ser blanca arrastrando casi tanto como los dos cadáveres que lleva sujetos bajo los brazos.” Y digo: joder, menos mal que la playa me relaja. Lo que no sé es cómo tendré valor para leer esta novela ahora, a orillas del Ebro roto y de los gigantescos insectos que de día y de noche preparan la llegada de la Expo como la del advenimiento del día del juicio final.
Cuando volví de mi paseo atardeciente de ayer, Inma, la madre de Daniel, ese sobrino que se ha independizado en su propio blog, me cuenta que han llegado los pulsadores para el ratón adaptado del ordenador, que parece que los maneja bien y que el gran Daniel ha vuelto a merendar m-a-s-t-i-c-a-n-d-o una rebanada de pan con tomate (ya sabéis que no todo el mundo es capaz de masticar). Y estas cosas huelen a tierra, y a esperanza, y no importa que haga ventolera (como suele suceder en esta fecha cinco de marzo, en la que en Zaragoza es fiesta de guardar, porque se conmemora una victoria sobre tropas carlistas, desde siempre considerada como un símbolo del espíritu liberal de la urbe, cuando liberal era otra cosa). Una ventolera, digo, que azotaba esta tarde la espalda soleada de la AP-2, ésa en la que he sido feliz conduciendo contra el viento y hablando y hablando sobre las metamorfosis a las que nos va sometiendo Internet y este tiempo de simultaneidades en el que vivimos.
A lo mejor dentro de unos días hablo de La arquitectura de tus huesos, aunque no vaya a ser.
domingo, 24 de febrero de 2008
Felicidades, sir 39
El otro día, durante la cena bloggellonera, te oí decir que la única película que te gusta de la última década es Match Point. Pelín exigente te veo, sir, pero por algo será, seguro. Procura ser feliz. Un beso.
viernes, 22 de febrero de 2008
Realidad, menos mal

Dibujar cosas, cuerpos, rostros, paisajes en papeles sucios o en cuadernos reaprovechados tiene más sentido… Ojala hubiera sabido dibujar, tocar el piano, cantar bien, representar por ejemplo Tío Vania. Siempre he querido representar Tío Vania y Fuenteovejuna. También El Público.
Pero escribir, ¿cómo?
Esta semana mil realidades: menos mal:
como con N. y entiendo nuevamente que hay personas con las que no importa no verse en tiempo ni saber qué hacen: eso es mágico y no depende de ningún dato objetivable. No sabría cómo llamar a esa corriente que te hace entenderte aunque se proceda de galaxias diferentes y sólo se pueda hablar fragmentariamente porque nunca hay tiempo.
También como otro día con Inde y con LaMima y con la Marta más nómada del mundo. En Zaragoza sucede algo diferente. Los bloggers necesitan verse, tomarse juntos y juntas unas cervezas, cenar, reír… Cuatro mujeres con blog, que es como decir con patio abierto, nos juntamos a comer en La Teja, para contarnos cosas, un rato tranquilo, para ir un poco más allá que en los multitudinarios bloggellones. Yo creo que nos gustamos y estamos bien. Marta ha escrito un post estupendo y ya tengo ganas de que nos juntemos otra vez. No le robo la foto de su blog, porque no sale ella.
Después España. En la Fnac. Manuel Vilas deja en nuestras manos su novela. Lee un discurso apócrifo de Fidel Castro, que parece de Fidel Castro renunciante. Cuánto sabe Vilas, dicen todos. Montones de gentes. Sentí no poder saludarte, maestro. Pero hablé mucho con Loli y aprendí. La foto de arriba se la cojo a José Antonio Melendo, al que últimamente le tengo gran devoción y que ha colgado en Flickr un reportaje del evento. El discurso de Fidel estuvo precedido de dos muy personales intervenciones a cargo de Ignacio Peiró y David Mayor, ambas creo que justamente acodadas sobre el tono de la novela. He empezado a leerla. Ya he dicho en un comentario que se anuncia por fin la libertad de la prosa.
Aunque
La arquitectura de tus huesos no pueda ser. Y,
- no sólo por ello - ,
tengo que preguntarme si realmente las cosas en el mercado de la creación se están haciendo bien. No demasiado -diría, por no apretar las tuercas- . Pero ahora no estaría bien hablar de ello.
De todas formas, me olvido de ésto con bastante facilidad en el colegio de Daniel, esta mañana. Instructiva y agradable charla, - a la que me invita a ir Inma - , con Chus, su profesora, e Itziar, su logopeda. A Daniel no le gusta mucho que andemos tanto rato hablando de él y se dedica un rato a hacer el fantasma y mucho más a intentar conmovernos con su repertorio de “pucheros”. Pero está a gusto allí en su clase con todas nosotras alrededor. Y es muy gratificante poder tener consciencia compartida de cuanto vamos recorriendo. A primera hora tocaba hoy sala Snoezelen: de ésto hablaremos otro rato en el blog de Daniel.
Realidad. Menos mal.
miércoles, 28 de noviembre de 2007
Disculpad
viernes, 16 de noviembre de 2007
Dice la ciencia (Kaguya) : el punto de vista transforma la realidad.
Como la poesía.
Kaguya Hime.
¿No?
* La imagen corresponde a una instantánea extraída del video en alta resolución realizado por la sonda japonesa Kaguya
domingo, 4 de noviembre de 2007
No - vi - ombre
El otoño me gusta menos, aunque me emociona por igual. Esta mañana, los campos que bordean la autopista Ap-2, al pasar por la hoya de Lérida y del Cinca, regalaban, nostálgicos, tantos ocres, rojos y apagados verdes que, durante una buena parte del camino, hemos venido hablando de noviembre, el mes en que la penumbra llega, dejándonos llevar por una sutil tristeza, la que pertenece al tránsito, o al viaje (como cantó Neruda). La belleza del color de la naturaleza en estos días es como la postrera belleza de la muerte, que dirían enfáticamente los románticos (que para estas cosas eran muy pasados). En contraposición, el desierto de los Monegros está ya casi cubierto del gris del invierno.
Antes de rendirme a la evidencia del frío y la escasa luz, tengo por costumbre, si no hay impedimentos crasos, en estas fechas del puente de Todos los Santos acercarme al mar. Quizás, porque aunque soy de tierra adentro nací a orillas del Mediterráneo. Llegarán el cierzo y las nieblas del valle. Pero yo me alimentaré todo el invierno del sol radiante y de la tenue brisa de estos días de paseos por la playa, por fin sin muchedumbres. Lo haré, aunque luego, por la tarde, en coche hacia la Romareda, hayamos sentido el frío de noviembre rodeando el cartel de "se traspasa" sobre la puerta cerrada de aquel pub de juventud, que había llegado hasta nuestros días prolongando la primavera, Bohemios... algunos lo recordarán, como lo hace Fernando Sarría.
lunes, 29 de octubre de 2007
Ybris cumple
Dejo también un enlace a una web donde están las letras de las canciones de Elton John, para que se pueda seguir este "Your song".
Besos, y que seas feliz.
miércoles, 17 de octubre de 2007
Felicidades, Mima guapa

¡Felicidades, guapa, mucha felicidad para ti!
jueves, 27 de septiembre de 2007
Nápoles y Sicilia
Hay lugares con los que participamos de idéntica genética histórica y cultural. Italia es sin duda uno de ellos. Alguien me dijo ayer, por ejemplo, que los sicilianos parecen más españoles que italianos. Veremos a ver. De momento comparto con las gentes de allá la melancolía de la Magna Grecia, o la desolación de Pompeya y Herculano, junto con la curiosidad por su historia, y también algunos momentos en que el pasado colocó a aquella tierra y a la mía bajo un mismo gorro político. Comparto también mi reconocimiento por textos como El gatopardo o las obras de Pirandello, y ya he encontrado en este viaje algunas cosas nuevas, como un libro sobre Sicilia de Ismael Grasa que me ha prestado la nómada Marta Navarro - tan atenta siempre a todo-, o la poesía del premio nobel Salvatore Quasimodo, que no conocía. Me voy con algunas guías y algunos libros de estos autores italianos para zambullirme en ellos en su terreno, si el viaje lo permite, que hay mucho que ver y que preguntar y que disfrutar. Son pocos días. No creo que podamos actualizar el blog. Así que dejo un fragmento de El gatopardo, la película que dirigió Visconti –a mí casi me gusta más que la novela-, en el que se recoge uno de los leitmotiv del discursos interno de Lampedusa en la narración.
Y cuelgo también un poema recién descubierto de Quasimodo, cuyo apellido mi word se empeña en escribir con “c”. El poema es del libro "La tierra incomparable".
DE LA NATURALEZA DEFORME
De la naturaleza deforme la hoja
simétrica escapa, el ancla ya
no la sostiene. Ya invierno, no invierno,
con una hoguera humea al lado del Naviglio.
Alguien puede traicionar
ese fuego nocturno, puede negar
por tres veces la tierra. Qué fuerte es
la relación, si aquí, desde hace años, qué años, contemplas
las sucias estrellas flotando en los canales
sin repugnancia, si amas a alguien
de la tierra, si cruje
la madera fresca y arde la geometría
de la hoja rugosa calentándote.
lunes, 24 de septiembre de 2007
Gente guapa
Es uno de estos juegos internáuticos que van rodando y rodando.
Son divertidos y amables.


Jeff Bridges me gusta, pero además me cae simpático. Parece no importarle ahora mucho su aspecto físico, pero yo os aseguro que en "Los fabulosos Baker Boys", mientras se camelaba a base de ser un chico malo a Michelle Pfeiffer, que no le queda a la zaga, era impresionante (39 escaloneeeeeeessss.... ¿un postecito, qué tal?)
Y para terminar dos latinos. O casi.
Leonardo Sbaraglia, ¡por dios!. Es guapo y real. Recientemente vi una serie de televisión bastante petardo, que no recuerdo cómo se llamaba, donde él salía. La serie era una de tantas. L.S. para nada. La veía por lo que la veía.
De jovencito, no me gustaba nada, nada, nada Miguel Bosé. Empezó a crecer, digamos. Y todo cambió. Soy friki irreductible. Y aunque parezca raro, no soy la única. Y además, cumplimos, él y yo, años el mismo día (el es más viejo, sí).
Y habría más, claro: James Dean, ¡¡¡Marlón Brando!!!! , en sus buenos tiempos, Robert Redford... en fin, pilarín.
Si alguién más se anima a continuar con la galería festiva...
miércoles, 19 de septiembre de 2007
Mi pendiente handicapped
