viernes, 8 de junio de 2007

El jinete Daniel


Ayer, jueves, por la mañana visitaron el colegio Angel Riviere, al que asiste Daniel, el caballo y el pony en los que los alumnos ejercitan la hipoterapia. Este curso han empezado estas prácticas un poco tarde, -la de ayer fue la segunda sesión- por lo que las continuarán al comenzar el próximo, a lo largo de una buena parte del primer trimestre, mientras aguante el buen tiempo y se pueda salir a la calle. En el colegio de Daniel tienen la suerte de contar con un parque público al lado mismo, pegado al patio del centro. Y es en ese parque, llamado La Granja, en un espacio convenientemente acotado, en el que se llevan a cabo las sesiones de hipoterapia.

El Angel Riviere es un colegio nuevo. Ubicado en un pequeño y antiguo edificio, creo que ya lo he contado. Pero nuevo porque tan sólo lleva funcionando cuatro años. Los mismos que hace que Daniel está escolarizado en él (de esta historia de la escolarización de Daniel tendré que hablar un día). Desde el primer curso la APA ha conseguido que durante un trimestre los alumnos puedan hacer hipoterapia con alguna de las varias entidades que en Zaragoza se dedican a ella. Y la verdad es que es una terapia altamente beneficiosa para los chicos, que además se lo pasan muy bien, aunque a alguno, al principio, los caballos les asusten un poquito.

Nos contó la profesora de Daniel que este año la reacción de éste ha sido muy buena. Desde el primer momento mostró su disposición a colaborar en la terapia y recordaba perfectamente del año anterior cómo debía colocarse encima del caballo. Este comentario ratificó la alegría que Daniel manifestó el día anterior a empezar las prácticas, cuando en casa le comentamos que precisamente montaría a caballo en el colegio a la mañana siguiente. Su gran contento nos dejó de una pieza. Nunca lo había demostrado en extremo tal, aunque es cierto que siempre le ha gustado subir al caballo.

De la hipoteraria ya habló también Lamima hace un tiempo. Básicamente consiste en aprovechar el movimiento multidimensional de la marcha del caballo (que realiza más de cien movimientos al unísono) para el tratamiento de diversas afecciones física y mentales. En Internet hay mucha información sobre ella para el que le apetezca conocerla. Pero dejo aquí un enlace a uno de los sitios más interesantes y completos: Hipoterapia-Todocaballos.


12 comentarios:

entrenomadas dijo...

¿Habéis oído hablar de la terapia con delfines? Yo de vez en cuando leo cosas y parece que es muy buena también.
Un beso

Anónimo dijo...

¡Ese Daniel si que sabe!, que bien.
"La Alpaca" me contó que se consiguen estupendos avances: me decía que el movimiento del caballo estimula el cuerpo del jinete de la misma forma que si estuviese caminando por su propio pie. Para alquien que permanece en silla de ruedas tiene que ser magnífico, una oportunidad de moverse al completo. Y el estímulo psicológico debe ser también tremendo (al parecer se consiguen logros muy importantes por ejemplo con los niños autistas).
A Ainhoa le gusta muchísimo ver a Mayo (el caballo de la Alpaca) pero ya te conté que en su caso no es muy aconsejable que lo monte por la constitución de su cadera. Eso sí, no nos privaremos de dar un paseíco de vez en cuando.
Ya hemos hablado tu y yo a veces de lo complicado que resulta atender a tantas terapias "alternativas" para ayudar a nuestros chicos, no se puede llegar a todo, así que me parece fabuloso que sea el cole quien facilite este trabajo con los caballos.
Ah, espero que le ayude pero sobre todo ¡que disfrute mogollóoooon!
Un besazo.

Luisamiñana dijo...

Sí, Marta, hemos oído, leído y enviado solicitud a uno de los delfinarios. Pero hay lista de espera de prácticamente dos años. El de Tenerife cerró durante un tiempo, ahora no sé si funciona. Y practicamente creo que en todo el pais sólo hay dos sitios: uno por Barcelona y el de Benidorm. Esto lo controla mejor Inma, la mamá de Daniel. Pero vamos que estamos intentado ir. Son sesiones de una semana, que se pueden repetir al cabo de un tiempo.
Besos, reina.

Luisamiñana dijo...

Es verdad, Inma, la sensación de movimiento tiene que ser estupendo para los crios que no tienen mucha movilidad. El caballo transmite sus movimientos al cuerpo del jinete, que los recibe y se mueve con éste. Lo cierto es que Daniel se lo pasa pipa. También le da confianza, le estimula la comunicación, y juega, claro.

Estoy de acuerdo en que cuanto más integradas estén las terapias en el calendario escolar de los chicos mejor. No es conveniente sobrecargarlos. Ni a ellos ni a ninguno, claro. Pero a veces resulta dificil no querer intentarlo todo con estos chicos y eso puede resultar muy agobiante y contraproducente. La hipoterapia dentro del horario escolar se convierte en algo relajado, que rompe el ritmo habitual. Un aliciente más para que les guste.

Besos, chiqui.

Anónimo dijo...

Bueno, bueno... eso de la "ñ" era una noticia dedicated especialmente para ti. bueno, y tb para mí. seremos por fin luisa miñana y ana muñoz, las dos mañas.

respecto al post... q te voy a decir! q estás consiguiendo q le tengamos un amor al peque sin conocerlooo!!

un muak! guapa guapa. gua!pa!

Chalá perdía dijo...

El mes pasado fui a la fiesta de la primavera, la organizan varias asociaciones de discapacitados y la hacen en los Jardines de Viveros (una enorme extension ajardianda a al que aún no le han hecho un PAI). Allí vi por primera vez la terapia con caballos, por causalidad me encontré con una antigua compi que trabaja como voluntaria con estos animales y me estuvo contando...pero bastaba con ver la cara de los chicos!!!

ybris dijo...

Se le ve feliz.
Habrá que agradecerle esa inyección de sonrisas en esta madrugada.

Besos a los dos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Creo que los animales, en general, constituyen un campo inagotable de estímulos para los humanos. Y creo que los niños son especialmente sensibles a la respuesta de los animales, y los animales a las de los niños. Es una alegría ver a Daniel disfrutar. Saludos cordiales.

Luisamiñana dijo...

Ana, muchas gracias por la noticia. Ya te vi la intención. ¡Viva la ñ de maña, sí señorita! Tu ñ y la mía tendrá por fin su sitio. Y gracias por ese cariño para Daniel, con lo mimoso que es estará encantado. Ya se lo contaré.
Besos, guapa.


Es verdad, MM, lo que más importa en definitiva es lo que los chicos sean felices y se lo pasen bien. Eso seguro que les ayuda un montón, además. Pero si además la hipoterapia tiene tantos benificios, miel sobre hojuelas. Para ellos es un rato de juego más, con todos los benificios del juego. Besos, besos.


Ybris, eso pienso yo. Cuando vi la foto, pensé que era hermosa y que a Daniel se le ve muy feliz y te hace sentir muy bien. Eso él lo consigue muchas veces. Besos.


Al cole de Daniel, Isabel, van, además de los caballos, perros también adiestrados para estimular a los chicos, y otros animales ya en plan de tener contacto con bichos: hace poco tuvieron unos conejitos; otras veces han tenido peces, tortugas, y un par de veces al año van a granjas a ver ovejas, vacas, gallinas. Alguna vez han ido al Galacho de la Alfranca, que es un espacio protegido con animales en recuperación. En fin, ya ves cuantas actividades. Besos.

Magda Díaz Morales dijo...

Qué bien se ve que la pasó Daniel, Luisa. Habla su sonrisa franca y abierta. Que lindo es ver y sentir a un niño feliz :-)

Anónimo dijo...

una amiga mía también hizo un curso de hipoterapía, ella para ser profe, y también me contaba las excelencias y las progresiones que tenían estos niños con los animales.
un besazo.

Luisamiñana dijo...

¿Verdad que sí, Magda? Daniel no miente normalmente nunca. Si algo no le gusta se le nota y si le gusta también. Cuando vi la foto entendí porque le hacía tan feliz pensar que iba a montar a caballo. Un beso.


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Jio hay muchas terapias alternativas que proporcionan beneficios. No todas dan los mismos resultados ni en todos los individuos ni en todos los tipos de patologías, pero muchas contienen elementos aprovechables de una u otra manera. Desde luego que la hipoterapia parece dar muy buenos resultados.
Besos, besos.